María José Navarro

Fin de «partie»

Mi querida Valèry: sé que estás ahora mismo con un cabreo como una mona y no te faltan razones. Parece que existe una tradición alrededor de los presidentes franceses que les obliga a sacar los pies del tiesto sexual sin motivos objetivos y atractivos para hacerlo. Efectivamente y en tu caso, tampoco se ha roto la estadística. Así que te has ingresado unos días en un ambulatorio y a mí me parece fenomenal que montes pollo porque yo soy muy partidaria de pegar espectáculos, de reclamar foco y jaleo arrabalero. Estando de acuerdo, varias cosas que son fundamentales. François, en adelante Paco, no es para tanto, ni aunque la erótica del poder se multiplicara por infinito. Paco puede que sepa escuchar y que sea humilde tal y como dice Julie, esa lagarta de izquierdas que se lo ha camelado, y que sea muy certero a juzgar por la supuesta preñez, pero guapo, guapo no es, hija mía. Ya sabes ( y espero que uses estos rigurosos datos sociológicos a tu favor ) que muchos franceses no se lavan los dientes después de comer ni las manos después de desbeber. Quizá a Paco esta muchacha no le salga rentable. Estas jóvenes aún fáciles de masticar suelen tener la casa hecha un desastre y los tangas los secan en los radiadores. Amiga, lecciones no puedes dar, que tú le hiciste lo mismo a Ségolène. Sé digna y cuando salgas de los análisis, vete del Elíseo, no me seas garrapata. Eso sí, sácale los ijares y pégate un fiestón. Si te van a poner a caldo, que sea con motivo. Sin otro particular, te saluda atentamente la Presidenta de Honor de la Fundación «Un clavo saca otro clavo».