Julián García Candau
Futuro incierto
Nadie se plantea a las claras, públicamente, la posibilidad de que Lionel Messi abandone el Barcelona. No está en el debate, aunque sí ocupa un capítulo en las incógnitas del futuro. Messi vive en la Ciudad Condal protegido por el entorno argentino. Su padre, si creemos en su inocencia, le ha creado graves problemas con Hacienda y ha volcado sobre su nombre sospechas de apropiación de dineros de partidos benéficos. Messi vive actualmente manchado. Sería natural que comenzara a pensar que Barcelona no es el mejor lugar del universo. Todas estas cuestiones son importantes y en algunos casos serán los tribunales los que sentencien sobre su participación en las cuentas con el fisco. La condena, si llega, puede ser de auténtica gravedad. Desde el punto de vista deportivo, antes de que se sustancien los asuntos señalados, el club tiene que resolver la cuestión de sus honorarios. En su entorno se considera que la fórmula empleada en el fichaje de Neymar le supone a éste un salario superior. Si es cierto que su padre se llevó cuarenta millones de euros, tal cantidad, aun repartida en los años de contrato, le pone por delante del argentino en el asunto salarial. Tras el rifirrafe con el directivo Javier Faus, Sandro Rosell ha tenido que salir a la palestra y proclamar que el mejor jugador del mundo debe ser el mejor pagado. Es el principio de un recorrido entre meandros. Ya hay quienes incluyen al jugador en el refrán según el cual, «de dinero y de bondad, la mitad de la mitad».
Posdata. Gareth Bale no puede ser comparado a Woodgate. Ni a Prosinecki. Tranquilos.
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