Alfonso Ussía
Héroes de camiseta
Mi querida y admirada María José Navarro, a la que supongo inmersa en lacerante melancolía, ha acuñado con su ingenio un nuevo modelo de héroe. El Héroe de camiseta. Casi siempre, un falso héroe que alcanza la condición de mito gracias a los 1.345.678.444 de tontos que hay en el mundo. La cifra la aporto yo con el asesoramiento de diferentes instituciones internacionales especializadas en censar a los tontos dispersados por el globo terráqueo. El profesor Yamamoto, director del Instituto de Búsqueda de Tontos de la Universidad de Kyoto, me asegura que España es una nación privilegiada, con un porcentaje de majaderos que no sobrepasa al 75% de sus naturales. Yamamoto, que es científico sabio, duro de carácter y correoso en el trato, considera que la nación con más tontos del mundo es la formada por las Islas Molucas, con un 93% de necios reconocidos. En España, más o menos, y según el prestigioso Instituto, los tontos son, en este momento, 24.875.129, lo cual resulta a todas luces esperanzador.
María José Navarro nos habla de un héroe de camiseta jamaicano, el músico Bob Marley, héroe de los tontos del mundo que se ponen camisetas con la estampación de un individuo cualquiera. El héroe de camiseta por definición es el Che Guevara, un señorito venido a menos en la sociedad bonaerense, que ha pasado a la memoria de los tontos como un héroe libertador, cuando en realidad fue un psicópata asesino que gozaba cuando mataba a enemigos y traidores, según reconoció él mismo, y no en charlas de café, sino en una Asamblea General de la ONU. Su muerte en las selvas de Bolivia, ya Cuba abandonada, estremeció de dolor a millones de tontos, que aún adornan sus habitaciones con su rostro en un póster y albergan en sus armarios decenas de camisetas con su dibujo. La muerte de Guevara es todavía un enigma, y muchos temen que el enigma se resuelva, por cuanto parece que fue el propio Fidel Castro el que más orientó al Ejército boliviano en su persecución al pájaro de cuentas.
Además del Che, el mejor negocio de camisetas para tontos del mundo, y de Bob Marley, en España han alcanzado la condición de héroes de camiseta muchos terroristas de la ETA, un tal Alfon, y otro tal Bódalo, que sonríe con pesadumbre textil en las camisetas de Cañamero, el culto y elegante cazador de perdices que milita en Podemos.
Para que un individuo nada recomendable se convierta en héroe de camiseta, es imprescindible que al menos doscientos tontos se enorgullezcan de lucirlos en sus desbarajustes indumentarios. En los años duros del terrorismo etarra se dio un caso de especial relevancia. Una joven que no pertenecía a ETA y de la que nadie pudo sacar un condicionamiento político, paseaba por el Muelle de Pescadores de San Sebastián cuando se oyó la sirena de un coche de la Policía. Al volver la vista, tropezó con un soporte de amarre, cayó al mar, se golpeó la cabeza y falleció ahogada. El mundo proetarra culpó a la Policía de la muerte de la joven por hacer sonar la sirena del coche, y durante varios meses, la infortunada joven se convirtió en una heroína de camiseta y de pared de «Herriko Taberna», cuando nada tenía que ver con esa gentuza.
Bob Marley, en efecto, y como recuerda María José Navarro en su columna de LA RAZÓN, símbolo patrio y musical de Jamaica –otra cosa es Usain Bolt, que es un héroe deportivo de verdad–, era un desmedido machista, antipático, distante, fornicador de vírgenes y desmedido arrogante. Murió por la infección del dedo gordo de su pie derecho después de jugar al fútbol y aquello desembocó en un cuadro oncológico. No he oído nada de Marley en mi vida y por ello no puedo opinar de su talento musical, que sí parece haberlo tenido. Pero se ha convertido en un negocio redondo para los que confeccionan para los tontos camisetas con héroes mentirosos. Propongo a Pablo Iglesias como próximo héroe de camiseta. El machirulo más machirulo de España. Irene Montero estará guapísima con su camiseta. Errejón menos, escrito sea con todos mis respetos.
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