Gaspar Rosety

Humanismo olímpico 2020

Conrado Durántez, enamorado del olimpismo y sus valores, magistrado, atleta de élite y eminente profesor, habla en su extensa obra literaria del humanismo olímpico: «Es el nexo que une a todos los seres humanos, el gran camino hacia la paz y la fraternidad universal». Lejos de sonar grandilocuente, abre las puertas al nuevo renacimiento del que tanto escribo, única tabla de salvación para un sistema en crisis y una civilización cuestionada por su egoísmo y mercantilización. Tal parece que el hombre, alejado del viejo espíritu de la Antigua Grecia, no tiene valores. Sin embargo, conviene recordar que los tiene en abundancia aunque se avergüenza de usarlos.

La victoria de Madrid 2020 sería el momento adecuado para mirar atrás y observar en qué nos hemos convertido y hacia dónde deberíamos dirigirnos. Con Barcelona 92, España cambió su imagen de país superviviente de una guerra fratricida dando al mundo la foto de una sociedad moderna y capacitada. Esta vez, sería la hora de rebuscar en los principios del olimpismo y en su sentido, en la paz sagrada, signo de inteligencia, nobleza y prosperidad. Si, al fin, conseguimos que el 7-S suene el nombre de Madrid, los cinco aros que traerá Alejandro Blanco nos regalarán una situación idónea para cambiar nuestra historia.

Nos hallaríamos ante un excelente motivo para dejar de ser una sociedad destructiva y ejercer con optimismo el renacer de los ideales del humanismo olímpico. Leer a Durántez constituye un gran placer de la vida y una fuente insaciable del conocimiento. Es el futuro. El único futuro.