El desafío independentista
Jueces y Mossos
Tanto repitieron en los días previos a la convocatoria del referéndum independentista que era la hora de la política, del diálogo, y del pacto, que algunos terminaron por creérselo. Y no. Lo que había llegado era el tiempo de los jueces.
En nuestra reciente democracia el tercer poder se ha llevado la peor parte de las flores. Cuando actuaban y sentenciaban llegaban tan tarde que ya nadie sabía de lo que hablaban y cuando algunos jueces estrella tomaban decisiones rápidas, mejor que no las hubieran tomado. Como siempre me recuerda un amigo magistrado: «La única justicia es la divina». Pues así estábamos. Con que había que hablar con los que no querían hablar. Y en esto llegaron los jueces: los del Constitucional, los de Anticorrupción, los de la Audiencia Nacional y los de los juzgados catalanes. Los independentistas se empezaron a dar cuenta de que en realidad eran delincuentes. Presuntos, por el momento.
Presuntos hasta que un juez decida lo contrario. Se llama Juan Antonio Ramírez Sunyer, y es magistrado del juzgado de instrucción 13 de Barcelona. Es el encargado de decidir sobre las denuncias referentes al referéndum ilegal. Sus colegas lo describen como serio, trabajador y discreto. No pertenece a ninguna de las asociaciones de jueces ¡y encima también es ingeniero! Lo más opuesto a un juez estrella, aunque el año pasado fuera condecorado por el Departamento de Interior de la Generalitat.
El otro magistrado que está haciendo historia tiene un cargo más importante. José Manuel Maza es fiscal general del Estado y ayer dijo que la detención de Puigdemont era una opción «abierta» aunque de momento no le parecía oportuna y lo dijo al pensar que quizá estuviera incurriendo en delitos de prevaricación, desobediencia y malversación por los preparativos del 1-O. Y se quedó en su paz. Y aquellos partidarios del diálogo en la suya.
Fue Ramírez Sunyer el que durante la noche del miércoles al jueves llamó al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, para que abrieran un corredor de seguridad que permitiera salir a la comitiva judicial y a la Guardia Civil. Y así se hizo. Y han sido los jueces los que han pedido a los Mossos que remitan un plan especial de protección de edificios judiciales. Los jueces y los Mossos. Cumplir y hacer cumplir la ley. No hay otra opción.
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