Ely del Valle
Juego de estrategia
Aunque la encuesta del CIS pronostica una victoria en votos de Cs, las posibilidades de que Arrimadas acceda a la presidencia de Cataluña son escasas. La clave estará en lo que hagan los comunes de Domènech, que no lo van a tener fácil: si apoyan al bloque independentista aliándose con la CUP, ERC y Junts pel Cataluña, la factura que pagaría Unidos Podemos en el resto de España sería antológica; respecto al otro frente, el que conformarían Cs, PSC y PP, nadie se imagina a los de Colau facilitando la investidura de Arrimadas. ¿Qué es lo que ocurrirá entonces si los resultados fueran los que auspicia el CIS? Hay dos posibilidades: que En Comú-Podemos se abstenga, con lo que la presidencia sería para el bloque independentista que adelanta a los constitucionalistas en 6 escaños, o bien que apoye a estos últimos a cambio de que Cs renuncie a gobernar en favor del PSC, posibilidad esta que, según se rumorea, sería bien vista por el PP al que le escuece el chorreo de votos que se le están marchando al partido de Rivera. Esto explicaría el afán de los asesores de Iceta en que salga en todos los actos de campaña con chaqueta y corbata y la prohibición de que menee las caderas en cuanto escucha dos acordes seguidos. que El propio Iceta apunta a la presidencia cuando afirma que su partido no dará el gobierno a ninguna formación independentista al tiempo que Sánchez niega su apoyo a la «media naranja del PP». Blanco y en botella. Si ni lo uno ni lo otro, la única opción que baraja el PSOE es la de hacerse con el gobierno de rebote, una vez que Cs se vea obligado a sacrificarse para no dárselo a ERC, con el aplauso del PP que preferiría una victoria del eterno rival antes que la de quien le está merendando el bocadillo.
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