Angel del Río

Juez y parte

La Razón
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A la alcaldesa, Manuela Carmena, se le llena la boca de entusiasmo cuando dice que el Ayuntamiento es la casa de todos los madrileños. Algunos se lo han tomado al pie de la letra, y aunque no se han atrevido a okuparla, sí se han instalado a la entrada de la Casa Consistorial de Cibeles. El grupo de protestantes contra la «Ley Mordaza» del Gobierno de Rajoy lleva acampado desde hace días a la puerta del Ayuntamiento, aunque la alcaldesa entiende que no está cometiendo ninguna ilegalidad ya que su asentamiento no lo considera una acampada la uso. Pero miren por dónde, en las últimas fechas se han encontrado con otros vecinos, unos ultraderechistas desalojados de un edificio, por ser okupas sin marchamo izquierdista, y claro, la alcaldesa no se atrevió a tratarles de manera diferente. El hecho de que entre ambos bandos de reivindicadores acampados haya permanente presencia policial indica que la entrada al Palacio de Cibeles es zona de alto riesgo, un polvorín en el que en cualquier momento puede saltar una chispa, y... bueno, ojalá que no pase. Pero el Gobierno del Ayuntamiento de Madrid no ha podido aguantar por más tiempo su incontinencia partidista, y ayer se retrató. La delegada del Gobierno, en misiva dirigida a la alcaldesa, preguntaba por esa situación un tanto grotesca y peligrosa, que madrileños y turistas pueden apreciar en la entrada al Ayuntamiento de la Villa. Sin tiempo que perder, hubo respuesta a la delegada. No se la dio la alcaldesa, sino el concejal delegado de Seguridad, mostrándose como juez y parte en este asunto. El edil escribió a Concepción Dancausa, para pedirle que desaloje del lugar al grupo de la ultraderecha allí acampado, por su nocivo simbolismo neonazi que invita a la violencia, pero no a los de la plataforma contra la ley mordaza, cuyo simbolismo de izquierdas no considera nocivo. Cómo se puede tener tanta cara dura, exhibir tanto favoritismo, tanto trato discriminatorio. Ni ultradechistas, ni izquierdistas. Nadie puede acampar a la entrada de la «casa de todos los madrileños», con el agravante de constituir un punto de alto riesgo. ¿Qué hay de la declaración de intenciones de la alcaldesa de gobernar para todos? Ya se les ha visto otra vez el plumero.