Gobierno de España

La constitución del Congreso y el nuevo Gobierno

La Razón
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Han transcurrido dos semanas desde la celebración de las elecciones generales del pasado día 26 de junio y de los primeros contactos mantenidos por el presidente del Gobierno en funciones y de las declaraciones efectuadas por los representantes de los distintos partidos con representación parlamentaria, no parece desprenderse un horizonte claro para la formación de Gobierno.

Podemos se ha encerrado en su crisis interna: el ajuste de cuentas por el fracaso de las expectativas electorales que tenían y la definición de su estrategia política y parlamentaria futura ante la aparente inviabilidad de un Gobierno de izquierda con el PSOE y demás radicales e independentistas de la Cámara.

El PSOE sigue con la división interna sobre la posición a tomar de cara a facilitar o no la investidura de Rajoy y ocupar el papel de primer partido de la oposición que le han encomendado los electores, a la vez que una parte del mismo sigue sin descartar una alianza de Gobierno con Podemos y la izquierda radical, planteando incluso la posible consulta sobre la independencia de Cataluña como una opción válida para el PSC. Detrás de todo ello está la lucha entre Pedro Sánchez y la dirección actual por su supervivencia y los que propugnan un cambio de la misma ante el nuevo retroceso electoral experimentado, sin que nadie se atreva, por el momento, a exteriorizar ninguna pretensión al respecto para evitar quemarse antes de que llegue el Congreso Federal.

Ciudadanos ha quedado en una posición difícil después del retroceso sufrido sin más opción aparente que facilitar un Gobierno del PP para no perder más apoyo, bien sea con su abstención o bien con su implicación en el Gobierno si con ello se garantizase la estabilidad del mismo.

Y los partidos más pequeños, por su parte, parece que jugarán en razón a cómo se despeje por los anteriores el panorama.

La tarea no es fácil, pero parece que esta vez el PP está dispuesto a llevar la iniciativa para lograr el apoyo parlamentario que le permita formar Gobierno, aun sabiendo que contar sólo con sus 137 diputados puede hacer ese Gobierno inviable y bastante efímero.

La primera y más importante señal de por dónde puede avanzarse en esta tarea es la constitución del Congreso el día 19 y la formación de la Mesa, en la que podría no estar Ciudadanos de no alcanzarse acuerdo alguno. Lo más razonable sería que ese acuerdo lo fuera también de investidura y, a ser posible, de legislatura, si no se quiere tener una debilidad extrema desde el primer día como viene ocurriendo en la Comunidad de Madrid, donde Ciudadanos vota de manera reiterada junto a Podemos y al PSM, pese a que algunos quieran poner ese pacto como un ejemplo a seguir.

También la constitución de la Mesa y los grupos parlamentarios, con sus respectivas direcciones y portavoces, puede ser indicativo de las intenciones del presidente del Gobierno sobre la conformación de su futuro Ejecutivo y la continuidad de sus actuales miembros. Considerando la relevancia que tendrá el Parlamento en la actual coyuntura política para el supuesto de que se forme Gobierno, no sería de extrañar que el presidente asignase a alguno de sus miembros actuales, al más alto nivel, un papel relevante en la Mesa y en la portavocía del Grupo. Si así fuera, sería un indicador bastante fiable de la existencia de un pacto para permitir su investidura y la formación de Gobierno.

En caso de que no fuera así y se llegase al día 19 sin ningún acuerdo, la repetición de las elecciones, que algunos parecen no descartar, estaría más cerca de lo que el interés general del país aconseja.