Champions League

Roma

La cuña

La Razón
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Pinitos de Rafa Nadal en el Masters de Roma; más al norte, en Abetone, por encima de Florencia, Alberto Contador lidera el Giro. Dominio español en Italia, truncado en el escenario más favorable. Hervía el Bernabéu, noche grande europea; la afición, entregada, e ilusionada porque la derrota por 2-1 en Turín no era una losa... La realidad fue otra y los vaivenes del fútbol condenaron al favorito, herido y tumbado por la cuña de la misma madera, que mejor no la hay. Morata marcó en los dos partidos y eliminó al Madrid. El chico de la cantera, sin sitio entre Bale, Cristiano y Benzema, se fue para regresar convertido en verdugo, a su pesar. No celebró ninguno de sus dos goles. Respeto máximo a la casa que le vio nacer, y a los antiguos compañeros, derrotados. De veintidós disparos que ensayó el Madrid, sólo uno entró en la portería de Buffon. La Juve, que empezó mandona, terminó sumisa al consumirse los primeros 45 minutos, perdía 1-0 y el billete para Berlín, que recuperó con paciencia y el oportuno remate de un madrileño. Con el empate, la ansiedad se apoderó del Madrid, precipitado en cada acción, y sin tino. Casillas paraba más que Buffon, que debió de sentirse liberado cuando perdió de vista a Benzema, el Federer del fútbol, lo contrario que Cristiano Ronaldo, un Cilic, un Isner, un Raonic, que marcó el penalti en el primer tiempo y en el segundo le falló el saque, o sea, el remate. En este encuentro, al contrario de lo que sucedió en el de ida, la implicación de los jugadores madridistas fue absoluta, aunque desafortunada porque no brillaron los genios cuando más los necesitaban. Bale, sin embargo, demostró que cuando quiere, puede. Atacó, defendió y chutó más que nadie. En el otro bando, Pogba, el futbolista emergente, la próxima venta de cien millones, acaparaba los focos, hasta que Morata enganchó aquel balón del minuto 57.