Andalucía
Las flores y los granos
Cuando el líder del PP andaluz, Juanma Moreno, aspira a ser orador y pretende azotar a la presidenta utiliza el símil con flores, que es el no va más del ingenio parlamentario. Ayer hubo pleno en la Cámara y Moreno, que entre las flores se fue, le recordó a Díaz, que entre las flores se quedó, aquello de deshojar la margarita y su ínterin más campanudo, «mientras Andalucía se desangra». Cuando Moreno se transforma en retórico evoca el campo, ese terreno bucólico y pastoril que lo hace mencionar a margaritas cuando piensa en cardos borriqueros. En las últimas semanas, a la presidenta, que es más de plantas de interior que de exterior, han ido reventándosele uno tras otro granos por la alergia. Dichoso invierno de mareas, malditos mareos de fragancia. Las dimisiones de cargos en la sanidad andaluza han contado con un ariete con el nombre y el apellido –y el apodo– de ese médico granadino que sale del juzgado a hombros de un Policía Local. (¡Arrea!) El PSOE difunde que en los tres últimos años el gasto en Salud ha crecido más de un 15 %, un caudal, sin embargo, no ha frenado las manifestaciones y las destituciones políticas, lo que sólo puede ser atribuible a cosa de magos, alquimistas, hechiceros, tahúres y oradores. Ah, la oratoria. Y si a Moreno le da por hablar de flores en el Parlamento, la Cámara del Reino Unido irrumpe con un apoyo metálico y mayoritario al «Brexit», con lío incluido en la izquierda laborista de Jeremy Corbyn, el Pedro Sánchez de ellos. Ése es otro de los granos de Susana Díaz, que es más bien una roca. El contencioso de Gibraltar se ha extendido a los continentes y, en medio, los andaluces de la comarca, dependientes de la libra yanita, tiemblan de frío. Qué hartura de invierno. Qué ganas del mayo florido de primarias.
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