M. Hernández Sánchez-Barba

Las Provincias Internas

Hernán Cortés tuvo un especial interés en que la Corona española –la Reina Juana y el emperador Carlos V– fuese bien conocedora de su acción, pues «cuando en las historias falta el fundamento y principio del recontamiento de las cosas acaecidas queda todo confuso y encandilado». Así dice la «Primera Carta de Relación» de la conquista de México (10 de julio de 1519), escrita por la Justicia y Regimiento de la Rica Villa de la Veracruz. En las cuatro Cartas de Relación cortesianas al emperador centra la verdad sobre la conquista del imperio mexica: «Vuestra Alteza se puede intitular emperador de ella, y con título y no menos mérito que el de Alemania, que por la gracia de Dios, vuestra sacra majestad posee». Con estas sencillas palabras, Cortés entrega al Rey de España su conquista.

La territorialidad en que se funden los reinos americanos es inmensa; en línea desde el trópico de Cáncer hasta los 42º de Latitud Sur, en Chile, en el siglo XVI incluye más de dos millones quinientos mil kilómetros cuadrados. En 1522, cuando Cortés da por concluida la conquista, la expansión comienza de modo inmediato en lo que se constituye en 1524 como Virreinato de Nueva España; los historiadores mexicanos la han llamado «expansión radial» porque marca cuatro direcciones: Noroeste, con eje en California; Noreste, dirección al Golfo de México y territorio de los indios «texas»; la zona de los istmos centroamericanos; y la dirección marítima hacia el Pacífico suramericano. Lo extraordinario es que esa expansión radial o vertical apunta hacia el norte de la Nueva España, que es el nombre que a la tierra que ha conquistado Cortés llama el Anahuac. La expansión es virreinal.

El rey Carlos I otorga a Cortés el nombramiento como Gobernador y Capitán General de la Nueva España y ello supone el reconocimiento de la legalidad del acto jurídico en la fundación de Veracruz y el traspaso al Cabildo de la ciudad en la costa del Golfo de México de la autoridad para la conquista de México. Al recibir el metilense el nombramiento, el gobierno que había asumido el Cabildo de Veracruz quedaba incardinado en su persona. Ello también otorga personalidad propia y no de crónica de conquista a las Cartas de Relación. La primera Carta, del Cabildo de Veracruz, aunque sin duda la escribió Cortés, no es exculpatoria sino justificativa ante los poderes del Reino que la fundación de Nueva España es el resultado de una empresa de Estado.

Después de Hernán Cortés, el Virreinato de Nueva España ejecuta la organización y las bases económicas de los Reinos americanos, en los cuales lo sustantivo consiste en la expansión, la fundación de ciudades, el desarrollo económico, la organización institucional, los principios de justicia social en el difícil menester del mestizaje y la conquista espiritual como consecuencia de evangelización como labor fundamental de las Órdenes religiosas misioneras. Hay un proceso expansivo hacia el Norte hasta formar un eje desde la capital, México, con la fundación de «provincias internas» y el hecho de la penetración hacia el Norte de la Nueva España, con una primera etapa regional en Guadalajara (1542) tras la penetración de Nuño de Guzmán (1529), en un conjunto de dos ciudades: Zacatecas y San Luis Potosí, y una región de lanzamiento que es Nueva Galicia, que fue sede de Audiencia.

Existe una explicación del nombre genérico de Provincias Internas, que es el equivalente castellano de «Tierra adentro»; en este proceso de expansión se ceba la rivalidad de Cortés, representada por Nuño de Guzmán y su interés por las tierras del interior. La expedición de Juan de Tolosa (1546) dio como resultado el descubrimiento de las minas de plata de Zacatecas y con ello la región de Nueva Galicia que, a su vez, fue zona previa a la fundación de las Provincias Internas. El incentivo de las minas impulsó a los pobladores a salvar la distancia entre Zacatecas y México en medio de constantes ataques de los indios que poblaban el territorio. La ruta que Sebastián Aparicio había logrado imponer entre la capital virreinal y Veracruz se impuso también en el camino entre Zacatecas y México, hasta convertirse en una vía de comunicación de gran actividad. Todo ello se mantuvo y creció pese a las continuas hostilidades de los indios y el descubrimiento de otras minas en la zona de Guanajuato. En 1561 un levantamiento general obligó a una repoblación estratégica de ciudades y presidios y en 1580 el triángulo México-Guadalajara-Zacatecas quedaba asegurado y pujante social y económicamente. La zona, en una línea de más de cinco mil kilómetros entre el Pacífico y el Atlántico estaba necesitada de seguridad, dando lugar al nacimiento de las Provincias Internas del Norte de la Nueva España, cuya base fue Nueva Galicia.