Alfonso Ussía
Lío con caprichitos
Pedro Sánchez, el «Decente», relegó a Eduardo Madina, su contrincante, al séptimo lugar en la candidatura del PSOE por Madrid. Por un lado, la pequeña venganza de la humillación, y por el otro, el sometimiento de Madina a los caprichitos del «Decente». Caprichos que tienen nombre y apellidos. Zaida Cantera e Irene Lozano, la militar vejada en tiempos de Zapatero y Chacón, y la saltimbanqui de UPyD.
Sucede que Madina, guste o no –me hallo en el segundo grupo–, lleva tras de sí muchos años de militancia activa y de dedicación parlamentaria en beneficio del PSOE. Y que no ha sido elegido por culpa de los caprichitos. Los electores no le han permitido figurar entre los 89 socialistas con derecho a escaño, que no son 90, sino 89 como bien ha recordado en LA RAZÓN Tomás Gómez. Y se ha montado el lío. Centenares de llamadas y mensajes, algunos de ellos acompañados de indignación encendida, han desajustado la aparente tranquilidad de la Federación Socialista Madrileña. Madina no ha hecho en los últimos años nada de particular, pero ha estado ahí, mientras Irene Lozano insultaba al PSOE desde su escaño de UPyD, y Zaida Cantera colaboraba en asuntos de Defensa con «Podemos», hasta que los de «Podemos» se apercibieron de su muy limitado valor como asesora. Y esos militantes, consecuentes y leales a su Partido, exigen al «Decente» que convenza a uno de sus caprichitos para que se haga a un lado y permita que Madina pueda conseguir su acta de diputado. El Congreso no ganaría gran cosa con Madina en uno de sus escaños, pero tampoco perdería brillantez sin Pili o sin Mili, que eso es lo que parecen ser desde que una escribiera un libro sobre la otra, Pili y Mili. Más Pili, Irene Lozano, y más Mili Zaida Cantera, lógicamente.
Pero mucho me temo que el «Decente» no va a tragar ese potaje. El «Decente», como todos los prepotentes vacíos de ideas, está muy seguro de sí mismo. En una de sus primeras intervenciones como Secretario General del PSOE adelantó su propósito de suprimir en su futuro Gobierno el Ministerio de Defensa. En tal caso, la que sobra es Zaida Cantera, la estratega e impulsora de unas Fuerzas Armadas orientadas al amor y la sonrisa, sin jerarquías y sin armas, capaces de destruir con la fuerza de las miradas las intenciones del terrorismo del Estado Islámico, por poner un ejemplo cercano. Pero también el «Decente» advirtió en una de sus primeras comparecencias públicas, que el PSOE no iba a tolerar más acusaciones sesgadas e injustas de corrupción, y entonces la que sobra es Irene Lozano, que no dejó pasar ni una semana durante la anterior Legislatura sin recordar al PSOE su condición de partido corrupto.
No puede extrañar el lógico desasosiego de la militancia socialista ante la expresión pasmada que se le ha puesto a Madina con su escaño birlado. Insisto en que Madina es bastante poca cosa, pero es una poca cosa socialista de siempre y de fidelidad demostrada. Además, aunque no lo demuestre con su petición de liberar al terrorista Arnaldo Otegui, Madina es víctima de un atentado de la ETA. Pero tuvo la mala idea de optar a la Secretaría General del PSOE y perderla por unos votos, que dieron la victoria al «Decente». Y el «Decente» es muy rencoroso, mal enemigo, y humilló a Madina con un séptimo lugar en la lista del PSOE por Madrid en beneficio de Pili y Mili, los dos grandes fichajes de Sánchez.
¿Soportarán la presión los hermosos caprichitos? Intuyo que el más rubio de ellos terminará por ceder. El moreno no. El moreno tiene más conchas que un galápago de las Islas Molucas y por un escaño aguanta lo que sea. Pero se presenta divertido y animado el panorama.
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