Miguel Ors

Lo «eminente» no es eterno

L6 Chicas

Chicas, las chicas de la selección de baloncesto. Nunca jamás una plata tuvo tanto olor y sabor a oro. Sube gloriosamente la marea del sexo débil en España. ¿Acabarán gobernándonos ellas? Como Nadal, todas lucen poderosas mentes de hierro y brillan por el espíritu de solidaridad (algo tan poco español, políticamente). Qué bonito lo que ha dicho Alba Torrens: «Esta medalla la ha ganado el equipo, somos un equipo».

Damas de hierro (por fe y carácter), de oro (luchan sin suspiro de desánimo por la victoria) y de plata (suman este noble metal a otros cosechados antes).

–Qué suerte ser hombre.

–¿Por qué dices eso?

–Por el placer que también dan las mujeres en el deporte.

M7 Ansiedad

El ser humano, hombre o mujer –soy insobornablemente mujerista– es un ser de ansiedades. Casillas ansía no volver a ser aislado por Florentino Pérez. FP ansía la undécima Copa de Europa. Fernando Alonso, ya multimillonario, ansía más títulos. Wan Jianlin, el segundo chino más rico de la China, ansía ser accionista del Atlético de Madrid. Cristiano Ronaldo ansía más oros en forma de Balón y Bota. Messi ansía que eso que tanto ansía Cristiano no suceda. Rajoy ansía que la Constitución aplaste de una vez por toda a la mosca cojonera Artur Mas. Pablo Iglesias, ay, qué decepción, no ansía llamar asesinos a los asesinos de ETA.

–Y ¿qué ansía usted?

–Menos telefútbol a todas horas los fines de semana. Me impiden practicar mis otros vicios.

–¿Qué vicios?

–El teatro y el cine. Soy un ser que sólo ansía vicios: fútbol, cine y teatro, y leer libros a la vieja usanza, esto es, editados en papel, pues soy un ansioso ser del siglo pasado.

X8 Otra chica

Otra chica al poder, Carolina Marín, 21 años. Campeona del mundo en el minoritario bádminton, como supongo que saben. El bádminton todavía no es deporte de masas. Lo será como siga alumbrando chavalas como Carolina. Leo lo que Carolina expresa aquí y allá en los periódicos. ¿Cómo ve el deporte, qué es para ella el deporte? Para poder, viene a decir, hay que querer y para querer, hay que trabajar, trabajar y trabajar. Cada día. Siempre. El trabajo es rentable, recompensa, opina. Le gustan los retos, «la vida es reto, y la adversidad nos hace mejores», afirma. Cada día hay más chicas en el podio internacional del éxito engrandeciendo la imagen de España.

J9 Relativistas

Einstein, como el poeta Campoamor, era relativista, o sea, que todo es según el color del cristal con que se mire o de la neurona con que se piense. Einstein tiene muy buena prensa; Campoamor, en cambio, no.

–Las opiniones y los egos son subjetivamente como son: o relativistas o absolutistas.

El ego de Cristiano: «Lo que me queda es seguir siendo el mejor». Ego, pues, chulapón, «para chulo yo», que podría decir también. Contraste: el ego humilde de Agassi: «Lo importante no es ser el mejor, sino ganar al mejor». Jorge Mendes, nadie como él vendiendo jugadores caros a FP: «Cristiano está cada vez mejor y estará cada vez mejor hasta los 40 años».

Epílogo. Puskas, al poco tiempo de llegar al Real Madrid: «Nadie como Di Stéfano: es el mejor del mundo. Trataré de mejorarle ese mundo, si puedo».

V10 Derrota

La crítica, ciertamente, es la tasa que, antes o después, ha de pagar la eminencia, esto es, la Selección de fútbol (ex campeona del mundo y dos veces campeona de Europa); en el caso que nos ocupa huyo, por genética, de las palabras catástrofe y pesimismo. Los excesos no son recomendables ni para la mente ni para el estómago. El fútbol es una compota de aciertos, errores, velocidad, suerte, chispa, estrategias, ideas y más cosas.

Fenecida la Selección eminente (Puyol, Xavi, Xabi, Villa...), Del Bosque tiene que rehacer lo que el destructor tiempo se llevó. En eso está.

Pensar en la «inmortalidad» de lo eminente es no saber pensar. Calificar de catástrofe el 2-1 contra Eslovaquia es, quizá, exagerar. Casillas, a lo mejor, falló; no digo que no. A Costa, que luchó, y bien, es obvio que con la zamarra roja no se le da el gol. Si se posee el balón y se dominan los espacios, pero no hay velocidad y no se tira a gol, malo también.

En fin, que, como dicen los jugadores tras perder, hay que seguir trabajando. Hay «material» para no volver a perder con Eslovaquia en su campo. Paciencia.