Paloma Pedrero

Los deberes

«Los padres y, sobre todo, las madres de todos los estratos sociales dedican varias horas diarias a ayudar a sus hijos con los deberes o a vigilar que los hagan. Y esta realidad contrasta con el extendido y falso discurso de que el fracaso escolar se debe a que los padres no se preocupan por la educación de sus hijos», sostiene Enrique Martín Criado, profesor de Sociología en la Universidad Pablo de Olavide y experto en el asunto. Es hora de decirlo bien alto, porque eso de echar balones fuera es algo muy nuestro y muy negativo. Si la culpa de todo la tiene el otro, uno es impotente para cambiar la situación. Y la educación necesita un cambio a fondo. Dicho esto, quiero expresar que es una verdadera canallada para los hijos y para los padres tener que ocupar el poco tiempo diario que tienen para estar juntos en una actividad que a ninguno complace y que, en muchos casos, genera serios conflictos en la relación. Es mucho más eficaz y razonable que los deberes se hagan en la escuela bajo la vigilancia de profesores o grupos de padres voluntarios. Mandarlos a casa genera, además, desigualdad. Al trasladar parte de la responsabilidad de la instrucción a las familias, la escuela consiente las diferencias de recursos culturales y económicos de los padres y su capacidad de apoyo. Por fin un Gobierno europeo, el de François Hollande, ha propuesto en una nueva ley educativa que las tareas se hagan en el colegio. Espero que se apruebe y otros gobiernos sigan el ejemplo de inmediato. Seguro que ganaremos todos en felicidad. El colegio es para estudiar;, la casa y la calle, para jugar y disfrutar de la vida.