Paloma Pedrero

Mapa-esperanza

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Avanzamos. Los científicos no cejan en su lucha por encontrar maneras de curar esta epidemia de nuestros días que es el temido cáncer. Una enfermedad que puede brotar en criaturas tiernas, senos jóvenes y personas en su más florida plenitud. Nadie está libre. En cualquier momento, una celulita estresada muta y se lía parda, esa asombrosa experiencia de que anide un tumor en tu cuerpo. Yo ya lo he vivido y soy de ese cincuenta por ciento de pacientes que se ha curado. Porque, no lo olvidemos, en este momento la mitad de las personas que lo padecen salen adelante y con buena calidad de vida. La espada de Damocles no te la quita nadie pero la alegría de sobrevivir, la conciencia de lo hermoso que es estar aquí, se convierte en un privilegio de todos los que hemos visto cerca el pijama de madera. Ahora hay muy buenas nuevas; los investigadores han logrado catalogar las mutaciones no heredadas, han alcanzado el mayor mapa genético del cáncer, hecho que revolucionará el conocimiento de la enfermedad y su cura. La investigación ha descubierto que los principales cánceres humanos se deben a la acumulación de unas pocas mutaciones. Alguna de ellas puede venir fijada de nacimiento, pero lo habitual es que surjan a lo largo de la vida. Y en algunos cánceres, como el de pulmón o de piel , el tabaco y la radiación ultravioleta, respectivamente, son sus fieles aliados. Así que vamos a poner de nuestra parte, tenemos que cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente (aunque nos lo pongan difícil) y tenemos que hacer lo posible por querernos más. Gracias, señores científicos, por su labor. Mil gracias.