Julián García Candau

Menos parsimonia

Menos parsimonia
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Hay precedentes. Un mal resultado en casa, puede dejar a la Selección sin billete directo para Brasil. La doble campeona de Europa, y actual poseedora del título mundial, pinchó frente a Finlandia, selección de segundo orden. Como ocurrió en 1969, en Helsinki. Nada está perdido porque quedan el clavo ardiendo de París frente a Francia y la repesca. Como en otras ocasiones hay que buscar la clasificación a la desesperada. Parecían tiempos olvidados y volvemos donde solíamos.

«La Roja» puede ganar en París y resolver el problema. Para ello tendrá que variar sustancialmente su juego y la alineación. Está demasiado visto, es demasiado previsible el juego de toque. Se facilita en demasía la defensa al equipo contrario. Insistir en la búsqueda de las paredes inverosímiles, cuando delante hay un paredón tan compacto como el que construyó Finlandia es correr el riesgo del resultado insatisfactorio.

Ante los problemas, como el constatado en varias ocasiones, es necesario pensar en otro juego. Es necesario abrir las bandas. Se impone la alineación de un jugador como Navas, tan incisivo. Y no basta con ello. Para tener extremos hay que contar con un delantero centro real. Que el falso nueve no haya dado disgustos no quiere decir que no los vaya a dar. En lugar de Cesc es preferible mantener a Villa de ariete y alinear a Negredo para los balones a la olla. Cualquier variación es preferible al sostenella y no enmendalla. La posesión es insuficiente. La contra no está prohibida. Menos parsimonia y más velocidad.

Posdata. Jugar como el Barça sin Messi es temeridad.