Mujer, elígete

Ayer tuvo lugar la Gala Elígete proyecto liderado por Miriam Díaz-Aroca –en el que tengo el honor de colaborar–, que denuncia la violencia de género tanto en mujeres (la más conocida) como en hombres (se habla muy poco de esto). En la vida como en el amor, las mujeres deben liderar sus vidas. Ello significa tener claro sus Innegociables, sus Negociables, sus Derechos y sus Responsabilidades. Nadie mejor que ella para amarse a sí misma. Toda mujer tiene el deber de cuidar de sí misma. Ninguna mujer debería traicionar jamás su integridad por nada ni por nadie. Al contrario de como muchas parecen pensar, a juzgar por cómo se comportan, una mujer no necesita tener pareja para ser una mujer triunfadora ni tampoco necesita a un hombre para estar o sentirse completa. La mujer sólo se necesita a sí misma. Diferencio entre las mujeres con síndrome de diadema floja (quedan bien con los demás y/o no quedan mal no importando si con ello quedan fatal consigo mismas), y la mujer reina que lleva las riendas emocionales de su vida y se ha reconciliado con su madre. Consecuentemente, se siente orgullosa tanto de las mujeres como de los hombres que la precedieron. Dado que nadie nos hace nada que no consintamos, ninguna mujer debe consentir que la menosprecien ni menospreciarse a sí misma en nombre del amor tóxico que es codependencia, pero jamás será amor. La esencia de mi filosofía está en mi libro «La reina que dio calabazas al caballero de la armadura oxidada»: la historia de una mujer que, en lugar de echar mano de alguna «dependencia» (comida, alcohol, compras...), decide divorciarse de una relación en la que no es feliz y emprender el camino de ser la mejor versión de sí misma. Todos, hombres y mujeres, necesitamos amor. Pero solo si nos amamos, nos llega el amor del otro. Mujer, elige ponerte la corona. Elige tu dignidad. Elígete.