El desafío independentista
No..
Miren Vds, queridos catalanes: yo no estoy disfrutando de esto. Vaya por delante mi desasosiego, mi preocupación enorme, mi sensación de impotencia. No me gustaría que creyeran que los españoles estamos ahora diciendo que se jodan, ellos se lo han buscado, que tomen un poquito por la loma del orto, que se vayan a tomar por saquico. Miren, no. No me gusta que sus medios de comunicación públicos vayan a ser gestionados por el gobierno central, no. No le saco gusto a que su policía sea sustituida por la Nacional o la Guardia Civil, no. No deseo que sus cuentas sean intervenidas y que las lleva Montoro, no. No me gusta ni que lleve las mías, fíjense. No me place que su Parlament no pueda proponer candidato a la presidencia, no lo estoy gozando, no. Lo que me está pasando es que ya los estoy echando de menos porque intuyo que hay muchos de Vds que no son independentistas y que se han cabreado con la aplicación del 155. Y les veo en las calles protestando y pidiendo auxilio internacional porque el gobierno central es franquista y por lo visto lo somos los que no queremos que Vds se vayan, pero no. Me hace gracia que en un régimen tan franquista demos tantas imágenes de sus manifestaciones, de sus peticiones y de la sobada de algunos lomos que se han gastado los antidisturbios. Y me sorprende que Vds, un pueblo listo donde los haya, quiera al frente de sus manifestaciones a un señor como Artur Mas, representante de una oligarquía política y económica que amparó los desmanes y los robos de la familia Pujol, no me lo puedo creer. Y tampoco concibo que hayan metabolizado la trama del tres por ciento, las famosas comisiones a cambio de adjudicaciones, esas que se hicieron ley no escrita, no, no lo concibo de Vds. Pero sobre todo lo que me duele es que se presenten como oprimidos. Vds no lo son. Vds, los que mandan, no representan a la gente pobre y necesitada de Cataluña, no. Vds no se preocupan de los catalanes (mucho menos de los «charnegos») que tienen dificultades para llegar a fin de mes. Vds, los que dirigen los sentimientos, son burgueses nacionalistas que han perdido privilegios y, vistas las orejas al lobo, se echan al monte. Oigan, quédense, por Dios, que yo tampoco saco el trapo al balcón.
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