Cristina López Schlichting

No lo hacen porque no les da la gana

La Razón
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La única diferencia entre políticos y ciudadanos es que los primeros ocultan su desconcierto y los segundos lo reconocen. Esto es un lío de mil pares de narices.

Hablas con los del Partido Popular y se mantienen en calma, confiando en lograr una abstención de última hora del PSOE. Consultas a los socialistas y unos tiran para que se imponga Susana y se ganen nuevas elecciones y los otros jalean a Pedro Sánchez y aspiran a gobernar con Podemos. En Ciudadanos cruzan los dedos para que no se repitan comicios y Pablo Iglesias, bueno, Pablo Iglesias se beneficiaría de una repetición electoral, y creo que es el que más acierta en el pronóstico.

Es curioso, pero soluciones hay muchas. No es verdad que España sea un caos o los ciudadanos se hayan equivocado. Cada uno vota lo que le da la gana y cree mejor, faltaría más. Cuatro partidos grandes no es un escenario extremo. Es verdad que se han tirado los dados y han salido cuatro colores, pero en cualquier país europeo se cerrarían sin problemas la gran coalición de derechas e izquierdas o el gobierno PP-PSOE-Ciudadanos o el acuerdo de izquierdas. Es voluntad lo que falta.

El ritmo lo marca nuestro peor ADN. España es un gran país, pero muchas de sus regiones quieren ser países. España tiene una impresionante Historia, pero cada bando cuenta la suya. España cambia el código penal, las leyes fiscales o el sistema educativo cada dos por tres. Nos encanta disentir, nuestra especialidad es la diferencia.

Partido Popular, PSOE y Ciudadanos coinciden en la unidad de España, la preocupación por el desempleo o la lealtad a Europa. Todo lo importante lo comparten, lo raro es que no puedan colaborar. Se obstinan en colocarse obstáculos unos a otros. Al PP le piden que prescinda de Rajoy y los populares se niegan. Al PSOE se le pide que abandone el frentismo y se afianza en él. A Ciudadanos se le pide definición política y se niega a apoyar a nadie. Sencillamente, pactar es imposible en estas condiciones. En el extranjero no entienden ni patata. Como nuestro socialismo se parece a los socialismos europeos y nuestros populares a las formaciones cristiano demócratas o conservadoras, se preguntan por qué no se alían. Resulta arduo aclarar que, sencillamente, no lo hacen porque no les da la gana. Porque el PP no ha sabido tender puentes, porque el PSOE sigue en las dos Españas, y porque Ciudadanos y Podemos no quieren contaminarse con ninguno de los dos anteriores.

Al final, yo sólo veo dos bandos: los que se beneficiarían de unas nuevas elecciones (PP y Podemos) y los que se verían perjudicados (PSOE y Ciudadanos). ¿Bastará esa diferencia para que estos dos últimos se abstengan y permitan a Mariano Rajoy un Gobierno en minoría? Puede. Los políticos españoles sólo pactan lo que les conviene.