Enrique Lacalle
Noches mágicas
Ha habido rebato general en el Barça después de las tres derrotas en los últimos cinco partidos, dos de ellas contra el Madrid, que son las que más duelen. Han sido siete días de reflexión, motivación, unidad y compañerismo. Este equipo no estaba acostumbrado a las derrotas después de haber roto todos los récords y haber jugado como los ángeles desde el inicio de la temporada. Ha sido una semana de porqués: qué se ha hecho mal, qué falla y qué hay que corregir. El de mañana es un partido clave, una de aquellas noches mágicas en las que una remontada sería el éxtasis. Sólo pensar que nos podemos quedar fuera, en un año de juego extraordinario, y el Real Madrid dentro, amarga la vida del barcelonismo.
En la última jornada, ante el Dépor, se dio el primer paso para recuperar sensaciones y recuperar moral. Dos goles, uno de Alexis y otro de Messi, fueron suficientes para sumar los tres puntos y concentrarse en el partido clave de la Liga de Campeones.
En mis muchos años como barcelonista he vivido momentos mágicos en los que el Barça ha dado la vuelta a un resultado adverso. De ellos, me quedaría con dos. La gran noche de Urruticoechea con el Göteborg, cuando el Barça ganó en la tanda de penaltis con una emoción sin límites. Y la segunda, el gol de Bakero en Kaiserslautern, cuando íbamos 3-0 y faltaba un minuto. Enorme falta de Koeman, cabezazo de Bakero y clasificación del Barça en el último minuto para cuartos de la «Champions». Todo es posible, calidad y equipo hay. Confío en que mañana vuelva a ser una noche mágica de remontada en el Camp Nou.
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