Iñaki Zaragüeta
Nuevo factor electoral
La solicitud del voto por correo por parte de 60.658 personas en la Comunitat Valenciana ha despertado diferentes reacciones en los dirigentes de los partidos, especialmente en los cuatro con aspiraciones de gobernar o influir en decidir quién lo hará. Las expectativas positivas o negativas se han agrandado al comprobarse un aumento significativo de esas peticiones respecto a las de 2011, un 14,5 por ciento más.
Las interpretaciones, según testó ayer mi amigo Rogelio, son de lo más variadas en función de quién las realice. Para los partidos, la lectura es similar a las de las de los resultados electorales. Nadie pierde, todos aseguran o confían en que son votos destinados a beneficiarles. Unos porque sus partidarios han comenzado las vacaciones, otros porque son jóvenes en el exterior, otros porque el frío les hace quedarse en casa y los demás por un sinfín de variopintas causas. Incluso los sociólogos no se ponen de acuerdo con seguridad respecto a quién adjudicárselos.
Por un lado, según enseña la tradición, los dos grandes partidos son los que más han acaparado esa bolsa. Otros presagian un cambio de la tendencia y se atreven a augurar una posibilidad de la quiebra de esa tendencia. Pero ya se sabe que la tradición tiene múltiples enseñanzas. Desde el respeto y el inmovilismo de quienes la defienden como inevitable hasta quienes las contemplan como muros a derribar e incluso como patrimonio de los imbéciles.
Habrá que ver tras la jornada electoral cuántos de esos 60.658 han depositado las papeletas y lo han hecho correctamente. Pero lo importante será a quién se las dieron. Así es la vida.
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