O coalición o PP en solitario

¿Puede el 25% del Congreso puede imponer la ruptura total del sistema democrático? Nadie en su sano juicio podría concluir en semejante despropósito. Pues lo pretenden Podemos y sus partidos satélites. ¿Cómo puede hablar el nieto de sus abuelos de éxito electoral, de ser el dueño de nuestro destino, si con todos ellos, que ni siquiera se sienten totalmente identificados con él, difícilmente alcanza la cuarta parte de la representación popular? Eso sin contar con el 31% de la abstención.

El PP, 123 diputados; el PSOE, 90; C’s, 40; CC, 1. Total: 254 escaños de 350 que están claramente posicionados contra cualquier división territorial, celebración de referéndums separatistas, renuncia a la soberanía nacional e incumplimiento de las leyes –más del 72% de los españoles– en modo alguno han de doblegarse a un proyecto chavista y marxista.

Ante este escenario pseudogolpista, ¿cuáles son los pactos convenientes? Ése es otro cantar. Coincido con mi amigo Rogelio en que el PSOE, no sé si de Pedro Sánchez, tiene en su mano el futuro inmediato de España y el suyo propio a corto, medio y largo plazo. De ello dependerá si se suicida o se recompone para volver a ser la alternativa lógica.

La convocatoria de nuevas elecciones es lo que menos le conviene. Se desangraría aún más por la derecha, también por la izquierda. A C’s, menos aún. Como también tiene imposible un pacto con Podemos y adláteres que, como condición irrenunciable es el plebiscito separatista. No le queda otra que la gran coalición constitucionalista con PP y C’s y un programa acorde a los tres, o dejar gobernar al PP con tan sólo sus 123 diputados. Hasta que se refunde, se recomponga y solvente los problemas que le han llevado al descalabro. Hacerlo le es imprescindible. Así es la vida.