Alfonso Ussía
Omeprazols Grifols
Mas, por si acaso, se ha buscado un puestecillo de trabajo en Canadá. Si sus planes se van al garete, se instalará en la gran nación de los bosques y los lagos. Si sus planes independentistas se cumplen, también se escapará a Canadá, donde los osos «greezly» son menos peligrosos que sus compañeros de aventura. Aunque en la empresa farmacéutica lo desmienten, parece ser que los Laboratorios Grifols, muy compenetrados con el singular paleto, guardan para él la dirección de su delegación en Canadá. Será una bomba comercial. En Canadá, Mas es una persona conocida, querida y respetada. No puede pasear por las calles de Montreal con la delicia del anonimato. Es asaltado por las multitudes que desean hacerse fotografías o «selfies» con él. En Otawa, aunque muy popular, no alcanza el clamor social de Montreal, y será –con plena seguridad–, en esta última ciudad donde la delegación de la sociedad farmacéutica catalana instalará su sede.
De este modo, como delegado, percibirá el 3% de sus ventas, que es un 3% legal y decente. Cuantos más envases de «omeprazols Grifols» venda a los canadienses, mejor le irá en aquel país de oportunidades. El único problema que puede estropear los planes de Mas en Canadá es su Policía Montada. La Policía Montada del Canadá cuenta con un extenso y brillante historial y sus miembros se caracterizan por su profesionalidad.
Haga frío o calor, en territorios de osos o castores, nada detiene a sus jinetes. Y si la Policía Montada recibe una orden de búsqueda y captura de Mas, a pesar de ser el delegado de los Laboratorios Grifols, que allí son muy conocidos, no hay rincón, ni bosque, ni lago, ni río, ni valle que los indómitos centauros canadienses distraigan de su deber y de su interés. Porque en Cataluña, con su limitación territorial, es más fácil esconderse de los Mozos de Escuadra y de la Justicia. Y la prueba es la familia Pujol. Veinte años quedándose con el dinero ajeno y cobrando comisiones con la complacencia de Mas, y nadie les ha dicho nada sabiendo dónde vivían, hacia dónde iban, de dónde venían y conociendo el contenido de las maletas que llevaban. Eso en Canadá es imposible, porque la Policía Montada, desde que venció a la tribu de los Arapahoes y colaboró con Elliot Ness, no deja caso sin resolver. En Canadá, los Pujol estarían entre rejas, y a Mas lo habrían citado ya para declarar.
Mas se equivoca si elige Canadá y la delegación de los «omeprazols Grifols» en el caso de intuir galerna en su horizonte vital. Canadá es una nación seria, escrupulosa y nada simpática con el delito. Es cierto que necesita mano de obra y un aumento de su población. Tan cierto como que le sobran osos, que se comen a los senderistas y a los ciclistas de montaña. Todo allí es higiene, limpieza, armonía y civilación. También honestidad y vigilancia. Si Mas se limita a percibir su sueldo de Grifols y su 3% legal proveniente de su gran éxito comercial, Mas puede estar seguro de que vivirá muy bien en Montreal. Pero si le sale alguna de sus mañas mediterráneas, que tenga cuidado con la Policía Montada. Más difícil de capturar que el Jefe «Zorro Consternado» de los Arapahoes no hay nada. Se escondía en los bosques, vivía capturando castores, cuya carne comía y sus pieles le abrigaban. Se enfrentaba a los osos y éstos huían despavoridos. Y fue capturado. Mas, como los Pujol, está acostumbrado a que no pase nada, y el momio puede terminar. El portavoz de la Fiscalía lo ha dicho con claridad. «Mas incurrirá en desobediencia si declara la independencia». Para colmo, rima. En tal caso, el Gobierno de España, tan estricto y decidido, se limitará a decir que es un desobediente. Y la Justicia española no le mandará a los guardias, porque nuestra Justicia se las trae. Pero en Canadá, que se ate los machos.
Cierran la delegación de «Omeprazols Grifols» y lo enchironan. Se trata de una nación sin complejo de inferioridad.
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