José María Marco
Paro y desigualdad
En este momento neocomunista que estamos viviendo, la crisis se interpreta como un asalto al bien común por la codicia de unos pocos. Y las consecuencias de la crisis, como un aumento de la desigualdad debido a la obsesión acaparadora de los «ricos». Estos tópicos, que permiten simplificar el mundo y lanzar eslóganes cargados de furor justiciero, han sido discutidos, entre otros muchos, por Thomas Piketty, economista y puntal ideológico del podemismo global. Para Piketty, la principal causa de la desigualdad es el paro. En la misma dirección apunta un estudio reciente de la Fundación BBVA y el IVIE. El estudio no es complaciente con la situación. Desde 2009, el coeficiente de Gini, que es una medida internacional para evaluar la desigualdad, ha pasado del 31,9% al 35,4%. La renta de los hogares ha retrocedido un 20%. Tres millones de personas han abandonado la franja media de renta para situarse en la más baja... Ahora bien, el estudio indica también que un 75% de este deterioro (es decir del aumento de la desigualdad) se debe al paro.
La pérdida de empleo en nuestro país ha estado relacionada tanto con la crisis en sí como con otros dos factores. Un sistema educativo que expulsaba a los jóvenes de la enseñanza y un mercado de trabajo que, a fuerza de querer hacer imposible el despido, como en una utopía socialista –la misma que inspira la educación en nuestro país– sólo permitían dos formas de ajuste: el cierre de las empresas o el despido de los empleados. Las reformas de la pasada legislatura han variado la situación. Se ha reducido la tasa de abandono escolar, ya no es necesario despedir a la hora de ajustar y no hace falta crecer más de un 2% para crear empleo. Ya no existen las condiciones que hacían de nuestro país el más proclive a la destrucción masiva de empleo, y por tanto, al aumento –brutal– de la desigualdad. A la hora de reformar la reforma laboral, PSOE y Ciudadanos deberían pensar si conviene volver a una situación que sólo favorece a los comunistas de Podemos o si sería mejor profundizar lo ya realizado: para evitar más desigualdades y para dejar de alimentar los ataques a nuestra democracia liberal. No es imprescindible que digan que quien más ha hecho para la igualdad es el PP, cosa que es cierta. Un poco de realismo, sin embargo, no vendría mal.
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Pasividad ante la tragedia