Alfonso Ussía
Patinazo
Desde que un niño puede tener dos madres, aquello tan hermoso de «madre no hay más que una» ha perdido su significado. Así en el romance «Toíto te lo consiento» del gran Rafael de León, marqués del Valle de la Reina y conde de Gómara, que el pueblo llano cuando canta, ignora que el autor de las letras que le emocionan era marqués y conde, para molestar más. En «Toíto te lo consiento», Rafael de León y Arias de Saavedra, finaliza de esta manera: «A la mare de mi arma/ la quiero desde la cuna./ ¡Por dios, no me la avasalles,/ que mare no hay más que una/ y a ti te encontré en la calle!».
A ver, doña Cristina Cifuentes, cómo salimos de este enredo. Sabe de mi afecto hacia usted, y en cuestiones de sentimientos personales aquí me detengo para no caer en el abuso y la coba. Usted, Presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP madrileño, conoce y ha padecido el riesgo de la palabra escrita. Y durante estos días, usted me ha obligado a trabajar mucho por culpa de una de sus sorprendentes opiniones. He hablado con muchas madres de todas las edades. Madres ya abuelas, madres jóvenes, madres creyentes, madres agnósticas, madres guapas, madres feas, madres flacas, madres gordas, madres conservadoras y madres progres. Me he dedicado durante 48 horas a encuestar a las madres, y después de preguntar a 477 madres, señora Cifuentes, me siento agotado. Al fin y al cabo he hecho de Arriola durante dos días, con la diferencia de que no he cobrado nada por ello. A propósito, doña Cristina. Usted que tiene mano en el PP, a ver si consigue que al fin, los españoles, por aquello de la transparencia, sepamos cuánto ha facturado Arriola al Partido Popular en los últimos cinco años. Por lo menos, para desautorizar al profesor de Sociología de la Universidad de Baltimore, Hans Frasser, que en su libro «Los Secretos Mejor Guardados del Mundo» escribe: «Jamás se sabrá quienes ordenaron el asesinato de Kennedy y cuanto percibe Arriola del Partido Popular de España por equivocarse con tanto empecinamiento». Pero no es éste el asunto a tratar, doña Cristina. A ver cómo salimos de ésta.
Usted ha dicho que Iñigo Errejón es el hijo que toda madre querría tener. De ahí mi frenética encuesta a 477 madres. El resultado ha sido pavoroso. De las 477 madres consultadas, ninguna querría tener un hijo como Iñigo Errejón. No crea, doña Cristina, que la encuesta la he reducido a un espacio social o económico privilegiado. Entre las 477 madres hay secretarias, enfermeras, camareras, agentes de movilidad, multadoras de coches mal aparcados, dependientas de tiendas prestigiosas y de estancos, azafatas, e incluso abogadas, ingenieras y doctoras. No hay tu tía, doña Cristina. Algunas consultadas, al oír la pregunta que sosegadamente les formulaba «¿le gustaría tener un hijo como Íñigo Errejón?» han procedido a intentar soltarme una bofetada. Y he sido insultado por algunas de ellas con significado desafecto hacia mi persona. Sólo una de las 477 madres se ha acogido a su derecho constitucional de no opinar, argumentando que jamás le habían hecho una pregunta tan estúpida. Así, 476 madres han desautorizado su opinión, una se ha acogido al derecho de llamarme estúpido, y ninguna ha reconocido querer tener un hijo como Íñigo Errejón.
Le deseo, doña Cristina, por el bien de España y de los madrileños, muchos éxitos al frente de la Comunidad de Madrid y del Partido Popular de Madrid. Pero simultáneamente, me siento autorizado a rogarle que antes de decir una bobada tan gorda tenga a bien contar hasta diez con anterioridad a su emisión pública.
Todavía no me he repuesto. Me pinchan y no sangro, me hacen cosquillas en la planta de los pies y nada siento, y me acarician el cogote y mi piel se mantiene ajena a la sensibilidad. Qué patinazo, doña Cristina, qué patinazo.
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