Política

Pilar Ferrer

Pulso indiscutible

Pulso indiscutible
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Lo peor ya ha pasado, lo mejor está por llegar. Avalado, incluso, por el informe de la Asociación Española de Directivos, observatorio permanente de la economía, en colaboración con otras consultoras europeas de prestigio, Mariano Rajoy se presentó con este lema ante el Comité Ejecutivo del PP. Un pulso en toda regla, frente a mezquindades de otro tipo, en las que el presidente del Gobierno sacó músculo con cifras y hechos.

Todos los expertos coinciden en que las reformas acometidas, duras e impopulares, empiezan a dar fruto. La radiografía económica, como ciencia exacta, es indiscutible.

Satisfecho y con la fuerza de los datos. En los aledaños de Génova 13, cuartel general el partido, así se expresaban varios dirigentes, al término del cónclave directivo. Distracciones, pocas. Intrigas, ninguna. Rumorologías, fuera. El discurso de Rajoy se ciñó a la buena autoestima que empieza a calar en el tejido empresarial y laboral de este país, que no está para bromas. Competitividad y crecimiento, tras una etapa de letargo, atisban luz al final del túnel. Bajo el eterno axioma de que quien resiste gana, el jefe del Gobierno volvió a dejar claro que a él nada, ni nadie, le marca la agenda. El programa reformista, las pensiones, la fiscalidad integral y un sinfín de leyes económicas aguardan su trámite en el Congreso. Ajenos a este guión, que chillen otros en el vacío.

Los buenos índices económicos, siempre con prudencia y sin cantar victoria final, el flujo de los mercados, la confianza inversora externa, la prima de riesgo en bajos niveles, un turismo exultante y una balanza comercial positiva fueron invocados por Rajoy ante los suyos. De ese tal Bárcenas, ni una palabra. Frente a la insidia, algo ya aburrida, Mariano exhibe el panel de los números. Éstos sí cantan y, desde luego, nunca mienten.