Quo vadis, Pedro?

Quo vadis?, en latín, ¿a dónde vas?, es el título de una inolvidable película basada en la tradición cristiana que describe el encuentro ente san Pedro, que huía de Roma de la persecución de Nerón, y Jesucristo. Pedro le habría preguntado: ¿A dónde vas, Señor?, a lo que Él le habría contestado que volvía a Roma para ser crucificado de nuevo. Para evitar equívocos, ahora no hablo de san Pedro, sino de Pedro Sánchez.

En las tres ultimas legislaturas, ha habido dos investiduras fallidas –las dos de Pedro Sánchez– y una repetición electoral, además de la posibilidad de otra, algo que no había sucedido nunca en las diez legislaturas precedentes, con candidatos de la UCD, PSOE y PP, con mayoría absoluta o en minoría.

Así las cosas, creo que debemos preguntarnos qué está fallando, y no es aventurado afirmar que el problema está en quien tiene el deber de resolver esta situación, según aquella definición que describe a la Política como «el arte de hacer que lo necesario, sea posible».

España necesita un gobierno y es deber del candidato conseguirlo, o darle la oportunidad a otro. En su lugar, lo que el señor Sánchez plantea no son negociaciones con los grupos parlamentarios, sino con los actores sociales, y una reforma del artículo 99 de la Constitución, que hasta ahora funcionaba perfectamente.

Una clara huida hacia delante. Quo vadis, Pedro?