Miguel Ors
Rubalcaba y Del Bosque
L23 Marca
Mi hijo Fernando vive en Estados Unidos. Hablo con él todas las semanas. Le pregunto:
–¿Qué comentan ahí los periódicos de la proclamación de Felipe VI?
–Poco, bien. Le dan mucho más espacio al batacazo de la Selección de fútbol en Brasil. Si ahí no os lo creéis, aquí tampoco. Yo, tampoco.
La marca que más notoriedad de respeto y esplendor da a España, hoy por hoy, es el deporte. En la Milla de Oro del mundo, desde hace años, están el Real Madrid, el Barça, la Selección, Pau Gasol, Marc Márquez, Fernando Alonso, Rafa Nadal (Don Juan Carlos se ha ido sin distinguir al mejor deportista de la historia de España con la más noble distinción de la Historia de España, el Toisón: qué error, qué inmenso error populista, político y monárquico, en mi modesta opinión de aprecio a Don Juan Carlos). El deporte, en España, no lo es todo, en efecto, pero «allende los Pirineos» es lo que más. Viajen, si lo dudan.
M24 Enterrar
Decía hace unos días Alfredo Pérez Rubalcaba que a los españoles se nos dan de rechupete los enterramientos. La Roja se ha despedido de su «enterramiento» en el Mundial de Brasil con un florido tres a cero a Australia.
–¿Por qué no jugó contra Holanda y Chile como contra los canguros?
–El fútbol tiene razones que la razón más lúcida del fútbol no comprende. Es su gracia, es la gracia del fútbol –contesto.
De todos modos, no hay que ser derrotista. Contra Australia, al menos, se ha visto que a la Selección de «bajitos» encabezada por el tal vez mejor «talento» del fútbol español de todos los tiempos, Xavi Hernández, puede sucederle otra Selección de «bajitos» de «talento y talante» parigual: Silva, Cazorla, Mata, Cesc, Iniesta (éste, todavía por edad y briosa masa cerebral, otro genio), amén de los «bajitos emergentes» (varios). Hay «tela» para otro ciclo.
–Eres optimista.
–Detesto su cruz, el derrotismo.
J26 Sexenio
La Selección española de fútbol, a pesar de su KO en Brasil, ha hecho historia por siempre y para siempre. El sexenio de Del Bosque, inolvidable. Constato que, estéticamente, se añora el fútbol de los «bajitos». Van Gaal, qué elegante, repite que el ciclo del sexenio español ha enseñado fútbol a todos. Lamenta el seleccionador griego Fernando Santos la «caída» de España: «Verla era un gozo». Para Miguel Herrera, el técnico de México, no hay en Brasil ninguna selección que elabore el fútbol que exhibía España.
V27 63
Sexagenarios los dos, Alfredo Pérez Rubalcaba y Vicente del Bosque. Sesenta y tres años, nacieron el mismo año. ¿Se es viejo a esa edad?
–Hoy –me asegura el doctor Ortega Cortés–, a esa edad no se es joven, pero tampoco viejo.
Alfredo Pérez Rubalcaba fue un magnífico atleta. Como persona, siempre, afable y dulce. Como político, no sé. Gonzalo Fernández de la Mora, supongo que en los cielos, me matizó una vez:
–En política, antes que político de partido, hay que ser hombre de Estado. En España, lo usual es que los políticos piensen primero en el voto y luego en el Estado: de éstos no hay que fiarse.
La frase se me quedó grabada en el caletre. Rubalcaba, a los 63 años, deja el PSOE, «hecho ciscos» (leo). Sea así o no, el caso es que se va. Adiós a la política; y aquí, inevitablemente, el recuerdo, una vez más, de Jardiel Poncela: «Si será mala la política, que a la suegra se le llama mamá política». ¿Se autojubila por eso Rubalcaba?
Del Bosque. Su sexenio, fantástico. ¿Marca histórica imposible de superar? Vaya usted a saber. ¿Le conviene al «santón» –lo es– Del Bosque, tras lo de Brasil, qué pena, qué decepción, qué batacazo, seguir? «El portero de la suerte no siempre llama dos veces, a veces llama una sola vez» (Miguel Muñoz).
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