Sin dudas

El sentido común, del que se dice que es el menos común de los sentidos, puede apoyarse en la riqueza del refranero para no celebrar un éxito antes de conseguirlo, no vender la piel del oso antes de cazarlo o no dar por hecho que en enero, mes en que por las mañanas ni se dan los buenos días ni se quitan los sombreros, habrá campeón. Con un partido menos, el que tiene aplazado con el atribulado Valencia, el Madrid avanza con la ventaja de los puntos: 2 al Barça, 4 al Sevilla, 6 al Atlético y 10 al Villarreal, y la seguridad en sí mismo.

A que no pierde desde abril, a los 40 encuentros invicto, añade un valor fundamental: la fe. Confía en lo que hace, en su juego, en su plantilla, en su técnico. No hay dudas y cuando surgen el marcador las resuelve. El Atlético se dejó ir en el partido de vuelta de Copa con Las Palmas y en los últimos 5 minutos concedió dos goles y perdió el encuentro, no la eliminatoria. Relajación inadmisible. En el Sánchez Pizjuán, a diez minutos del final perdía el Madrid 3-1, y, con el pase a cuartos prácticamente garantizado, luchó y empató. Seguridad, ambición y determinación. ¿Todo ello es suficiente para ganar la Liga con cuatro meses de antelación? No, pero ayuda; es como lo del dinero y la felicidad. Al Barça, salvo ayer, le cuesta vencer con Iniesta, Neymar, Suárez y el omnipresente Messi; el Madrid obtiene réditos sin Cristiano, Bale y Benzema, incluso sin Modric. Zidane ha convencido a cada uno de sus jugadores de que todos son imprescindibles y a Cristiano de que no es absolutamente necesario. Le va bien, cree, es optimista, pero no baja la guardia, ni sube al campanario.