Test de estrés regeneracional

Las chicas sexagenarias son guerreras. Se rebelan, hacen revoluciones de intensidad moderada, innovan, dicen estar apartadas de la primera línea de la política, pero en realidad, están sobre ella, pisándola. Pongamos que hablo de Esperanza Aguirre, que lejos de no hacer mudanza en tiempo de tribulaciones, da un paso hacia adelante en su idea de la regeneración activa. Hoy va a poner en marcha una iniciativa personal pionera en España: los militantes de su partido que aspiren a encabezar una candidatura a un ayuntamiento, se someterán a una especie de examen ante un jurado del propio partido, en un intento de llevar hasta la municipalidad española el «test de estrés» que realiza el Parlamento Europeo con los candidatos propuestos para formar parte del ejecutivo.

No hace mucho que Esperanza Aguirre abogó por celebrar primarias dentro del PP, aunque los estatutos actuales no lo permiten; en otras ocasiones se ha manifestado partidaria de listas electorales abiertas por circunscripciones, y en algún momento confieso que me ha contado, que los partidos no pueden consentir que haya militantes que entren en política de jovencitos, y se jubilen sin haber dejado de formar parte de Nuevas Generaciones; es decir, que se habían pasado toda su vida viviendo como profesionales del sistema. Por eso, estaba dispuesta a proponer que nadie alcanzara ningún cargo si antes no había cotizado a la Seguridad Social; o sea, que no hubiera trabajado y cotizado.

Todo esto forma parte de un proceso de regeneración política, que se acentúa después de la operación Púnica y la golfería que lleva aparejada. La aspirante a encabezar la candidatura del PP al Ayuntamiento de Collado Villalba, Mariola Vargas, será la primera en someterse hoy a las preguntas y cuestiones que le plantee el tribunal de la gaviota, en la audiencia provincial de Génova. Ella es médico de profesión, y ahora tiene que superar el MIR (Medición Interna para la Regeneración). No sé si servirá para medir el calado moral y la honestidad de las personas, pero nada se pierde con probarlo.