Iñaki Zaragüeta
Vía crucis de Oriol Pujol
Por si no había suficiente en su contra, Oriol Pujol se encuentra con un nueva piedra en su vía crucis judicial: el informe de la Agencia Tributaria, Vigilancia Aduanera, que refuerza los indicios sobre el amaño de concursos para la adjudicación de ITV en Cataluña, operaciones con las que se manejó el hijo, con aires de sucesión, de quien fuera presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol.
Un informe demoledor que ya está en poder del TSJ de Cataluña, que se suma a los argumentos ya esgrimidos cuando decidió imputarle por un delito de tráfico de influencias «valiéndose de su peso político para lucrarse y beneficiar a empresarios amigos», imputación ratificada en este nuevo texto de la Agencia Tributaria y que hoy ofrece mi compañero Paco Velasco en estas páginas.
No hace falta reflexionar demasiado para convencerse, siempre presuntamente, de que el sucesor de Artur Mas hizo todo lo que estaba en sus manos para dirigir hacia su conveniencia y la de sus cuates estas concesiones. Si la cosa no llegó a ramos de bendecir no fue por falta de ganas, sino por las denuncias y la intervención judicial. La propia resolución judicial ya reflejaba que él «dirigía y coordinaba y daba el necesario apoyo...». Todo lo que el padre hizo por la consolidación y la gobernación de un Estado de Derecho, aunque también aportó su granito de arena para desembocar en la situación actual, no lo heredó este vástago ni, al parecer, algún otro. No me extraña que con estas fechorías, siempre presuntamente, y alguna iluminaria de Artur Mas su partido y coalición se encuentren en caída libre en la expectativa electoral. Por mucho que pretendan, ni son el César, ni siquiera la mujer del César. Así es la vida.
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