Y volvieron cantando

Democracia en dos tardes

Bildu es progresía, manifestarse contra la moción de Pamplona, antidemocracia. Tomen nota

Ahora resulta que, pasados cuarenta y cinco años bajo el régimen de libertades que nos dimos los españoles gracias a una ejemplar transición basada entre otras cosas en la reconciliación, nos vienen destacados miembros del Gobierno con un nuevo catecismo nacido de la factoría monclovita, según el cual hay unos españoles que todavía no han aprobado el primer curso de democracia, como es el caso del líder del PP Núñez Feijóo en palabras de la vicepresidenta Calviño, mientras que otros como Bildu, partido que mantiene entre sus dirigentes y candidatos a condenados por terrorismo, son un dechado de progresismo y democracia según el ministro Óscar Puente decidido a conjugar su labor al frente de un ministerio como el de Transportes, por cierto con algún «problemilla» por resolver, con la de máximo vocero y martillo de la oposición.

Los intentos desde el PSOE por justificar dislates como la amnistía al separatismo condenado por la justicia o la entrega a Bildu del ayuntamiento de Pamplona han pasado a una segunda fase, en la que la desautorización a la legítima acción política de la derecha desde la oposición nacional o desde el poder territorial en muchas autonomías y ayuntamientos se ha transformado directamente en una «oficina del pedigrí» en la que se entregan certificados de demócrata o de progresista. Caminamos hacia el final de un año en el que, definitivamente los valores constitucionales y el estado de derecho han sufrido el mayor de los zarandeos en décadas de democracia, por obra y gracia de unas maneras de hacer política en las que priman, el tacticismo trufado de medias verdades o a veces de groseras mentiras, el aliento a una crispación que ya empieza a pasar de la trifulca política a la calle –ya veremos a algunos cuñados estas cenas navideñas– y el establecimiento de muros y cordones sanitarios en los que vale todo con tal de mantener al adversario político al otro lado.

Calviño empeñada en remarcar ante el sanchismo que se ha ganado su destino en el Banco Europeo de Inversiones y Puente decidido a dar largo corrido a los modos macarras del portavoz por accidente en la investidura de Feijóo son solo la patita de una estrategia ya en forma de argumentario, de esos que también acaban en la mesa de opinadores amigos y sincronizados. Bildu es progresía, manifestarse contra la moción de Pamplona, antidemocracia. Tomen nota.