Mar en calma

Depredadores

El manipulador sembrará tantas dudas en su víctima que llegará a creer que está perdiendo la cordura

Siete de las 10 últimas víctimas de violencia machista no estaban en el sistema Viogén que busca proteger a las víctimas, coordinar la actuación de los diferentes organismos e instituciones para la prevención y el seguimiento de casos de violencia de género. Es muy difícil predeterminar, sin hechos o denuncias, quiénes serán las próximas víctimas, pero sus asesinos, independientemente del género, demuestran una alta probabilidad de tener rasgos de esa psicología oscura presente en cuatro tipos personalidad: narcisismo, maquiavelismo, psicopatía y sadismo.

Hay acosadores, criminales, pervertidos, terroristas, matones, estafadores… a quienes les domina un comportamiento psicópata. Hacen daño y no son capaces de empatizar con el dolor ajeno. No importa qué tipo de depredadores sean, todos tienden a ser conscientes de que están dañando a otros. Tienden después a hacer todo lo posible para cubrir sus huellas, sería un fracaso ser desenmascarados porque no quieren que las personas que los conocen en la vida real descubran que tienen un lado oscuro.

El daño que puede hacer Internet es mantener su anonimato: se esconden tras sus dispositivos y pueden hacer el mal sin dañar su imagen. Los depredadores se aprovechan de otros, ya sea directa o indirectamente. Buscan explotar, coaccionar, acechar y victimizar a otros.

El maltrato en la pareja suele basarse en una estrategia amor-odio que genera una fuerte dependencia emocional. Esto, unido al aislamiento al que suelen someter a sus víctimas, las acaba dejando sin salida.

«Gaslighting» es una de las técnicas de manipulación psicológica más letales: la víctima acaba cuestionándose hasta su propia realidad. Implica hacer que alguien dude de sus propios recuerdos y percepciones y, en su lugar, comience a creer lo que el manipulador quiere que crea. El «gaslighting» involucra la negación persistente de cosas que son obvias. El manipulador sembrará tantas dudas en su víctima que llegará a creer que está perdiendo la cordura.

Por todo ello, a la primera señal, hay que alejarse de estos depredadores.