Papel

CIS: El PP recupera intención de voto y tiene margen para crecer

La Razón
La RazónLa Razón

El último barómetro del CIS constata la tendencia al alza en intención de voto del Partido Popular que, igualmente, vienen registrando la mayoría de los sondeos de opinión. La cuestión clave, sin embargo, estriba en si esa recuperación se traducirá en los escaños suficientes en el Congreso para que el candidato popular y actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pueda hacer frente con garantías a una presumible coalición de partidos de izquierda y nacionalistas –una «alianza de perdedores», como las que se han producido en varias comunidades autónomas y ayuntamientos–, incluso contando con el apoyo de Ciudadanos, por más que este partido emergente no termine de definir con claridad su posición en el espectro ideológico. Hay, sin embargo, datos muy significativos en el barómetro publicado ayer que permiten suponer que el PP y, en menor medida, el PSOE cuentan todavía con un cierto margen de crecimiento en el favor de los votantes, convirtiendo la campaña electoral en un factor más decisivo que en comicios anteriores. En este sentido, hay que destacar el alto porcentaje de indecisos que registra la encuesta del CIS, con un 22,2 por ciento, insólitamente elevado cuando apenas faltan dos meses para la convocatoria, y la reveladora existencia de un voto oculto, que se cifra en el 15,5 por ciento de los sufragios habidos en las elecciones de noviembre de 2011 que, a tenor de las respuestas referidas al «recuerdo de voto», beneficiaría sensiblemente al Partido Popular. La recuperación de ese voto de centroderecha que mantiene sus reservas va a depender en buena parte de la capacidad de Mariano Rajoy para transmitir a su electorado tradicional la trascendencia del momento político y social que atraviesa España y la conveniencia de que haya un Gobierno estable, respaldado por una amplia mayoría parlamentaria, que haga frente al desafío separatista de los nacionalistas catalanes y culmine la exitosa lucha por la recuperación económica y el crecimiento del mercado de trabajo. Ciertamente, y aun dando por sentado que el porcentaje de intención de voto que el barómetro del CIS otorga al PP – el 29,1 por ciento– está infravalorado –ya que no contempla, por cuestión de calendario, los acuerdos de candidatura conjunta de los populares con Unión del Pueblo Navarro, Partido Aragonés Regionalista y Foro Asturias–, Mariano Rajoy, que siempre ha demostrado ser un buen candidato en el fragor de las campañas electorales, debería ser capaz de mejorar esa previsión, por poco que juegue bien sus bazas, que no son pocas. Por ejemplo, su firme actitud frente al golpe de Estado institucional de Artur Mas, en un ejercicio de estrategia política medida y apegada sin fisuras a lo que establecen nuestras leyes y a su obligación como presidente del Gobierno de defender los intereses y los derechos constitucionales de todos los catalanes. Del resto de los partidos en liza, los resultados del barómetro confirman el estancamiento del PSOE, que se queda a casi cuatro puntos del PP, por debajo de sus resultados de 2011; el desfondamiento de Podemos, que cae hasta el 10,8 por ciento de intención de voto y es la formación que más baja, con 4,7 puntos menos que en la anterior encuesta, y la subida de Ciudadanos, que pasa a ser la tercera fuerza política, aunque a casi 15 puntos de distancia de los populares.