¿Cuándo hablarán los musulmanes europeos?

Una agencia de noticias distribuyó horas después de los atentados de Bruselas una fotografía en la que un niño sirio confinado en un campo de refugiados en la ciudad griega de Idomei levanta un cartel que dice: «Lo siento por Bruselas». La imagen tiene fuerza, pero no responde a la realidad y a algo que todos deseamos: que la comunidad musulmana alce la voz contra el terrorismo yihadista. Por experiencia sabemos que el miedo es libre, que, por ejemplo, ante las amenazas de ETA hubo ciudadanos que respondieron con arrojo y dieron un paso al frente, asumiendo un riesgo evidente. Y también sabemos, precisamente por esa etapa de violencia que vivimos durante cuarenta años, que la resistencia cívica es fundamental frente al terrorismo. El mundo musulmán es la primera víctima de la violencia del Estado Islámico, que aplica con saña y siguiendo preceptos religiosos después de la frustrada Primavera Árabe. Aunque ésta fue duramente reprimida, enseñó el camino hacia un futuro en libertad. A los millones de musulmanes que viven en Europa les asiste el derecho de opinión y manifestación y, como cualesquiera otros ciudadanos, están protegidos por la Ley y la Constitución. Es hora de ejercer esos derechos libremente en nombre de la democracia y contra el terrorismo yihadista.