Nacionalismo
El fin del catalanismo de Roca y Duran Lleida
Convergència no tendrá grupo parlamentario propio en el Congreso después de que la Mesa considerara que no reúne los requisitos –el 15% de los votos en cada circunscripción–, ni merece el apoyo de otras formaciones, como ocurría en pasadas legislaturas. Sin duda, este aislamiento tiene que ver con su posición abiertamente secesionista y contraria al cumplimiento de las resoluciones del TC. Desaparece, por lo tanto, el Grupo Parlamentario Catalán, existente desde la primera Legislatura, aunque con diferente denominación que, entre los más destacados, encabezaron el padre de la Constitución Miquel Roca y Duran Lleida. Que Convergència deba integrarse en el Grupo Mixto sólo es una prueba más de la decadencia y caída del catalanismo moderado al que lo ha conducido, con su complaciente asentimiento, el independentismo. De ser un partido que ha participado de la gobernación de España y ha hecho valer sus votos en alianzas con PP y PSOE, ahora ocupa un papel marginal. Debería hacerle reflexionar, pero muy probablemente sea tarde para reconducir a Convergència –ahora Partit Demòcrata Català– a la senda de la centralidad. Es ERC quien con grupo propio representa con voz al nacionalismo catalán, eso sí, la versión más irredenta. De nada sirve ahora que apele al TC, precisamente quien no lo reconoce.
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