PP

El PP debe liderar la regeneración política en España

La Razón
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Los días 10, 11 y 12 de febrero se celebrará el próximo congreso del Partido Popular, y todo indica que no será un cónclave de trámite. El contexto político exige la renovación ideológica del PP de y su funcionamiento interno. España está viviendo un cambio generacional, la ciudadanía exige una regeneración en las formas políticas y, sobre todo, partidos que den respuesta a los problemas actuales, que no sólo son graves, sino que en muchas cuestiones son inéditos. El PP es el partido del Gobierno, el más votado y el que en estos momentos mantiene un proyecto común para toda España. Por contra, el PSOE sufre una aguda crisis y debe redefinir su proyecto. Por su parte, Ciudadanos y Podemos no tienen la solidez –y, en el caso del segundo, la suficiente responsabilidad– para asumir determinadas tareas de gobierno. Por lo tanto, el PP se ha convertido en la formación central de la vida política española, la única capaz de vertebrar la nación y responder a las obligaciones del Estado. Desde este punto de vista, es innegable que el próximo congreso es de capital importancia. No es gratuito recordar, además, la deriva política abierta, a nivel mundial, con la irrupción del llamado «frente populista», afianzado con la victoria de Donald Trump y la aplicación de determinadas medidas, como la derogación de los tratados de libre comercio, una agresiva política antimigratoria y el cierre de filas con el eje autoritario que encabeza Putin. El papel de Europa y de las instituciones de la UE es fundamental y sobre esta cuestión tendrá mucho que decir el Gobierno y, por supuesto, el partido que le da sustento. Éstos son los retos y no ayudaría mucho que los cuadros del PP se embelesasen en un debate nominal sobre el futuro de su secretaria general, cuando lo que está en juego es mucho más importante. Que Rajoy haya encargado a los cinco vicesecretarios las ponencias del congreso da pistas de que la renovación generacional no es una operación de rejuvenecimiento superficial, sino que el PP debe conectar plenamente con los intereses y las ambiciones de la sociedad española. Los populares gobiernan, pero también han perdido votos y entre sus objetivos debe estar volver a conseguir la confianza del elector perdido y del nuevo votante. Rajoy apuntó ayer que el electorado castiga a quien no responde a los problemas de la gente, pero también premia a quien sabe rectificar a tiempo. Éste es un hecho de gran importancia porque supondría romper la caída que el conjunto de los partidos están sufriendo como síntoma de una pérdida de confianza por parte de la sociedad. El presidente del Gobierno no eludió en su discurso ante la Ejecutiva Nacional del PP hablar de la corrupción que, sin duda, ha desgastado al partido y ha hecho más acuciante su renovación. Como señaló el propio Rajoy, habrá que adoptar «decisiones razonables» para erradicar las prácticas corruptas en el partido. Para no alimentar polémicas estériles sobre el sistema de designación del líder del partido y de otros cargos, el PP no hará primarias –entre otras razones, porque no aseguran un partido más fuerte y unido– y seguirá fiel al sistema de compromisarios, en el que hay una representación directa de la militancia en todo el territorio: de los 3.128 compromisarios, 2.565 serán elegidos en cada provincia por los afiliados. De todas maneras, la fórmula de primarias será tratada en el congreso. El PP está obligado a liderar la renovación política en España.