La seguridad vial tiene muchos frentes abiertos

La Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha una nueva campaña contra el exceso de velocidad en las carreteras, con especial incidencia en las de la red secundaria. Se señalizarán hasta 300 puntos negros y, por supuesto, se refuerzan los medios sancionadores, con nuevas cámaras y radares aéreos. Aunque es discutible la vigencia de los actuales límites de velocidad –que fueron establecidos en 1973 a causa de la crisis del petróleo y que no tienen en cuenta los enormes avances tecnológicos de los automóviles y las nuevas vías multicarriles–, no se puede discutir que la lucha por la seguridad vial tiene abiertos en España otros frentes comúnmente olvidados por las autoridades. Nos referimos a las infraestructuras que acumulan, sólo en asfalto, un déficit de mantenimiento de 6.000 millones de euros. Más aún, según la Asociación Española de la Carretera, hay que reponer 390.000 señales de circulación que están en malas condiciones, y actuar sobre los sistemas de iluminación, que sólo funcionan correctamente en el 11 por ciento de la red viaria. Las políticas sancionadoras, como demuestra el carné por puntos, tienen una eficacia limitada en el tiempo, por mucho que permitan eludir la parte de responsabilidad que recae en las administraciones.