Francia

Macron ante el reto de gobernar solo

La Razón
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La victoria de Emmanuel Macron en Francia ha sido ampliamente celebrada en toda Europa, tanto en las cancillerías como en los mercados, pero se trata de un triunfo que aún debe ser refrendado en las legislativas de junio. Aunque pudiera parecer que está todo hecho, en realidad esto acaba de empezar. Nada más conocerse el domingo los sondeos de a pie de irna, arrancó otra campaña aún más decisiva. La agenda reformista y proeuropea que ha dado la llave de la Presidencia a Macron quedará en papel mojado si no logra armarse de una mayoría sólida en la Asamblea Nacional o, en su defecto, de una gran paciencia y espíritu negociador para atraerse el apoyo de los mismos partidos a los que acaba de dejar en evidencia. No lo va a tener nada fácil. El próximo jueves su movimiento, que no partido, La República En Marcha, presentará candidatos para las 577 circunscripciones en liza, una labor titánica para una organización que apenas tiene un año de vida. Si no logra convencer a los franceses para que le confíen su papeleta quedará en un mero fuego de artificio, una figura decorativa y sin margen de maniobra para cambiar nada. Macron quiere ahondar en la reforma laboral que ya inició como ministro y que no fue precisamente bien acogida, reforzar el eje franco-alemán al mismo tiempo que refunda el proyecto europeo, acabar con la corrupción y simplificar la administración. Un ambicioso plan que pasa, necesariamente, por volver a unir a los franceses.