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Rajoy recupera confianza

La Razón
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La encuesta electoral nacional de NC Report que hoy publica LA RAZÓN es el primer sondeo sobre intención de voto de los españoles que se realiza tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo y refleja una recuperación del voto al Partido Popular que, aunque tímida, afianza la tendencia al alza de la candidatura de Mariano Rajoy que viene registrándose desde diciembre de 2014. Para ser exactos, los populares obtendrían, de celebrarse hoy las elecciones generales, un 29,7 por ciento de los votos, con un incremento del 1,1 por ciento con respecto al sondeo de abril o, lo que es mucho más significativo, una subida de 3,6 puntos porcentuales sobre los resultados de las elecciones municipales. Aumenta, asimismo, su diferencia con el PSOE, que se queda en el 24, 2 por ciento, es decir, más de cinco puntos porcentuales por detrás del PP, pese a que la encuesta otorga a los socialistas una mínima recuperación del 0,4 por ciento en intención de voto. Aunque hay que precisar que el trabajo de campo de la muestra ha sido llevado a cabo antes de que se formalizaran los posibles pactos poselectorales, parece que la actitud que ha trascendido en torno a los supuestos acuerdos de las dos formaciones emergentes, Podemos y Ciudadanos, no acaba de gustar a sus simpatizantes, ya que registran caídas del 0,8 por ciento y del 0,4 por ciento, respectivamente. Continúa el descenso al abismo de Izquierda Unida –que pierde casi dos puntos más de intención de voto y se quedaría por debajo del 5 por ciento–, mientras que UPyD confirma su más que incierto futuro, con menos de un 1,4 por ciento de apoyo entre los potenciales votantes. Pese a la subida del PP, subyacen en este sondeo de junio, como en anteriores entregas, los dos grandes retos a los que se enfrenta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para revalidar su contundente victoria de noviembre de 2011: el voto de castigo –también podría llamarse de protesta– que ha buscado refugio en Ciudadanos y que representa al 13,6 por ciento de sus antiguos votantes; y la abstención, que le cuesta a los populares nada menos que el 19,3 por ciento del voto. En comparación, los abstencionistas del PSOE no llegan al 10 por ciento. En este sentido, es esencial para Mariano Rajoy la recuperación de unos apoyos que se mantienen alejados de las urnas porque no han hallado otra opción política que les satisfaga pero, también, los de quienes se han ido a Ciudadanos, que pueden sentirse frustrados a poco que Albert Rivera se uniera a operaciones que sólo buscan la exclusión del PP. Nada menos que el 53,6 por ciento de los sufragios que recibe Ciudadanos procede de ex votantes populares que han visto en este nuevo partido una «marca blanca» con la que demostrar su enfado con el PP ante los casos de corrupción y la gestión de la crisis.