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Teresa vence al ébola

El último análisis practicado a la auxiliar de enfermería Teresa Romero no ha dado valores negativos del virus del ébola. La tendencia ya la marcó la anterior prueba realizada el pasado viernes, lo que abrió, por fin, la posibilidad de la curación. Ahora, ya podemos decir que tiene cero carga viral, según ha informado el Centro de Microbiología del Instituto Carlos III. Los expertos consideran que para que una persona esté curada de este virus tienen que darse dos PCR negativas separadas entre sí 48 horas. De esta manera, se ha alcanzado uno de los objetivos primordiales que planteó esta crisis sanitaria: salvar la vida de la primera persona infectada de ébola fuera de África, desde la cual se podía propagar el virus. La otra meta era acotar su expansión, algo que también está bajo control y que nos permite ser optimistas, aunque la alerta sanitaria se mantendrá varias semanas. El próximo jueves acaba el plazo de vigilancia sobre las personas que trataron a Teresa Romero antes de saber su contagio, y todo parece indicar que el resultado puede ser favorable. Sin embargo, estamos luchando contra una epidemia que, aunque focalizada en África occidental, es de carácter global, por su capacidad de expandirse y por producirse en un lugar del mundo donde las carencias sanitarias la han convertido en una enfermedad letal sólo paliada por la intervención de misioneros y ONG. Desde este punto de vista, todas las medidas son pocas y se requiere una política sanitaria coordinada desde las agencias internacionales, medios y financiación para atajar el problema desde su foco. Desde que el pasado día 6 Teresa Romero fue ingresada en el Hospital Carlos III de Madrid después de haberse contagiado por haber formado parte del equipo que trató al misionero Manuel García Viejo, se abrió una crisis en la que actuó uno de los «virus» más nocivos que pueden propagarse en estas situaciones de alarma sanitaria: la desinformación. Hemos vivido unos días de verdadera psicosis justificable, aunque de escaso fundamento, en los que la información y su administración centralizada por los especialistas sanitarios han sido fundamentales. La decisión del Gobierno de coordinar el operativo al máximo nivel ha sido un éxito porque ha permitido poner en marcha todos los recursos médicos y científicos, así como validar por el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades los protocolos puestos en marcha una vez detectado el caso de Teresa Romero. La Sanidad española ha respondido con éxito a una de las crisis más peligrosas. Se abre ahora un escenario paradójico, y es que las personas que vencen el ébola desarrollan anticuerpos que pueden durar diez años y las convierten en potenciales donantes de plasma, como así lo recibió Teresa de la religiosa Paciencia Melgar. Ahora ella puede donarlo igualmente.