Un PSOE unido por encima de primarias

A estas alturas del proceso de primarias en el que está embarcado el PSOE, es difícil encontrar diferencias entre los candidatos que, hasta el momento, se han postulado para alcanzar la secretaría general del partido, o que todavía no han renunciado abiertamente. La indefinición es aún mayor porque Susana Díaz todavía no ha decidido si se presentará, aunque este fin de semana ha iniciado una gira para contactar con la militancia y, para algunos pesos pesados históricos, es un valor seguro. Por su parte, Patxi López, que es el único aspirante a liderar el partido que lo ha anunciado públicamente, eligió un terreno cómodo para iniciar su campaña, Portugalete. Los mensajes de Díaz y López no se diferencian en nada, y hacen bien en no forzar el perfil a base de dividir aún más, el PSOE, una organización que está seriamente dañada por la desorientación estratégica que vive el conjunto de la izquierda europea y por la situación a la que le ha llevado Pedro Sánchez. El último factor a tener en cuenta es la candidatura de este último, que podría anunciarla en unos días. Sin despreciar la atracción que despierta en sectores de las bases –y sin olvidar tampoco la deserción de algunos barones que hasta ahora le han apoyado–, también es cierto que Sánchez es en sí una figura que puede dividir al PSOE, sobre todo si su campaña se basa en lo que fue un verdadero desastre para el partido: el «no es no».