Parados de larga duración

A Cándido Méndez le mueven la silla

El escándalo de las finanzas de UGT ha colocado a Cándido Méndez en una posición imposible. No ha sido capaz de rendir cuentas sobre las corruptelas de la organización que lidera desde hace dos décadas. Pesos pesados de UGT aspirantes a la sucesión le dan por amortizado y se mueven para forzar acontecimientos. Es cierto que el dirigente que, por activa o por pasiva, toleró los enjuagues no puede promover la regeneración obligada. Pero sería inaceptable que algunos de los que actuaron a su sombra y quieren coger su relevo pretendan pasar por este monumental fraude sindical sacrificando a Méndez, pero sin catarsis alguna.