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El reiterado ultraje de Iglesias a las víctimas

La Razón
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«La duda ofende». Así de peregrina fue ayer la respuesta de Pablo Iglesias al preguntársele si condenaba la violencia etarra. El líder de Podemos no sale del lodazal al que se lanzó tras criticar la dispersión de presos. Una actitud que contrasta con su silencio para con las víctimas de la banda asesina. El radicalismo de Pablo Iglesias, sin medida, podría estar tipificado en el Código Penal, donde se contempla la humillación a las víctimas de ETA. Un desprecio inimaginable en Alemania, perseguido por la Ley, si atacase a las víctimas del Holocausto.