Suiza

Granados, en la cárcel por corrupto

Francisco Granados ingresó ayer en la prisión de Soto del Real. El juez Eloy Velasco le imputó nada menos que siete delitos de corrupción: contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales, integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho, malversación de fondos, prevaricación y fraude. Además, le situó como integrante de la «organización criminal» desarticulada en la «operación Púnica». El relato del juez, con respaldo de la Fiscalía, ubicó al ex secretario general del PP de Madrid en un entramado delictivo «en beneficio propio» y en el que el empresario de la construcción David Marjaliza, amigo de Granados y también ya en la cárcel, era el «centro» de una red que «patrimonializó la actividad pública de contratación y de urbanismo con la colaboración de funcionarios y autoridades». El juez atribuye a Granados cuentas en Suiza e identifica operaciones inmobiliarias que podrían ser la «contraprestación» de los empresarios por sus servicios. Él lo negó todo. La contundencia del auto del juez Velasco apunta a un horizonte penal más que complicado para el otrora dirigente popular. Que la Justicia se imponga a las conductas corruptas engrandece la democracia y que lo haga de forma rápida y con todas las garantías dignifica al Estado de Derecho. Nadie puede estar por encima de la Ley, menos aún quienes actuaron con prepotencia y desvergüenza y defraudaron la confianza recibida.