El desafío independentista

Temeridad de la delegada Cunillera

Han hecho bien en salir en tromba dos ministras del Gobierno, María Jesús Montero y Meritxell Batet, para desautorizar a la delegada gubernativa en Cataluña, Teresa Cunillera, que ofrecía indultos para los golpistas catalanes presos en una entrevista radiofónica. No parece de recibo que una funcionaria que depende del Poder Ejecutivo se inmiscuya en un procedimiento judicial, dé por hecho su resultado y, como cumbre del despropósito, se apunten al incumplimiento de la sentencia. Debería dimitir.