Cuartel emocional
Sánchez no defrauda
Pobres las “niñas de la curva”, las fantasmagóricas Ione e Irene, con sus pañuelitos palestinos, que se han quedado para vestir santos en la política
Sánchez no defrauda nunca, eso hay que defenderlo, siempre miente, siempre hace lo contrario de lo que asegura el mes anterior, es la esencia de su existencia: el embuste, la filfa, la trampa, el cambalache, las vueltas y revueltas que da para no perder el podio alcanzado aún a falta de votos, de mayoría, aún con cientos de miles de españoles en las calles protestando por sus medidas, tomadas a pachas con personajes despreciables, y toleradas por Pumpido, ¡cómo nos engañó a todos –el bueno de Cándido-, con su ecuanimidad personal, con su cercanía en el trato, con sus buenos consejos!, qué triste es recibir decepciones de quienes no las esperas. Y nos ocurre con tanta frecuencia… en casa, en el trabajo, en la calle…"Las decepciones son el resultado de unas expectativas fallidas. Para tener menos decepciones, espera menos de los demás", leí una vez, pero aplicarlo al día a día no es nada fácil, no aprendemos, al menos a algunos nos cuesta. Nos consuela la decencia de Juan Carlos Campo, magistrado del Constitucional y ex ministro de Justicia con el propio Sánchez, cuya abstención en uno de los recursos de amparo presentados contra la Ley de Amnistía podría acabar impactando en otros jueces del tribunal. Veremos qué pasa porque hay mucho revuelo entre los togados.
Pero sigamos, porque se han encendido ya las luces de Navidad y eso da alegría, es como si el ya lejano niño que llevamos dentro se reactivara y al mismo tiempo resurgiera un mínimo de esperanza entre tanta tristeza, tanta negatividad alrededor. Tengo por costumbre empezar los periódicos por las páginas de esquelas, que a veces nos disgustan y otras nos alegran, y, a continuación, ir a la información de la bolsa, siempre tan imprevisible, que también tiene días en lo de las alegrías y los disgustos; últimamente y de forma inexplicable dada la situación del país y del mundo, el Ibex 35 se ha puesto cachondo y ha subido de los 8,800 a los 9.936. Será porque los de Sumar se han puesto corbata y se han quitado la cochambre indumentaria que exigía Podemos. Pobres las “niñas de la curva”, las fantasmagóricas Ione e Irene, con sus pañuelitos palestinos, que se han quedado para vestir santos en la política, si bien les queda una pensioncita que ya la quisiera yo para los días de fiesta.
Lo del fiscal Alvarito es también falta de vergüenza. Que le tumben en el Supremo la ascensión a los cielos de Lola Delgado –recién casada, flamante señora de Balta-, y que no dimita, ya es falta de decoro y también una palmaria muestra de hambre, porque evidencia que quiere asegurar las alubias hasta 2027 en medio de la chusma que rodea la situación actual. Lo de Lola, ya lo arreglará el todopoderoso Cándido, que para eso está.
La mesa del Consejo de Ministros sigue petada. No caben literalmente todos los miembros. La pasta que nos cuesta es de escándalo y los mil y
pico asesores ya ni te cuento, sin olvidarnos que están a punto de conceder protección al fugado de Waterloo, que sin duda tendremos que asumir todos. Pero bueno, estamos ya metidos de hoz y coz en la Navidad y tenemos que empaparnos de espíritu navideño aunque nos cueste. A algunas se nos ha disipado la ilusión. La rebuscaremos por alguna esquina, por algún recodo, por algún rinconcito y nos aplicaremos la esperanza cada día como la crema hidratante. (Esto creo que ya lo dije alguna vez, pero no me corto en repetirlo).
CODA. Hoy no va de Princesas ni de presuntos cuernos Reales, va de alguien mucho más vulgar, de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que está fugada también e ilocalizable en Suiza. Y digo bien, en Suiza. No se fue a Venezuela, ni a Cuba ni a Corea del Norte, como podría colegirse de su ideología. Se fue al paraíso fiscal más renombrado de Europa donde posee una cuenta bancaria desde la que pudo financiar a Tsunami. Un ejemplo de coherencia a seguir.
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