La situación
El Estado se va de Cataluña
«Ahora sabemos que el proceso independentista no terminó con la aplicación del artículo 155 de la Constitución»
La noticia es que el presidente del Gobierno de España ha pactado el control de las fronteras de España en Cataluña con el hombre que quiso poner fronteras entre España y Cataluña, y que es, además, el prófugo que huyó atravesando la frontera de España en Cataluña. Es el mismo que volvió por unas horas el pasado verano, sin que el presidente del Gobierno ni el presidente de Generalitat del momento, movieran un dedo para que ese prófugo fuese conducido ante un juez por cualquiera de los tres cuerpos policiales –Policía Nacional, Guardia Civil o Mossos D’Esquadra–, en cumplimiento de su obligación constitucional de detener a los delincuentes que estén en busca y captura por haber cometido graves delitos.
Este control de las fronteras trae como complemento la gestión de un asunto especialmente delicado, como es la inmigración. Y, en consecuencia, Cataluña solo aceptará aquellos inmigrantes que decida la Generalitat y podrá rechazar a los demás, algo que no estará en condiciones de hacer ninguna otra comunidad autónoma.
Debido a estas y otras decisiones del mismo jaez, ahora sabemos que el proceso independentista no terminó con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. De hecho, estamos en el mismo proceso independentista, pero por otros medios. Solo se ha transformado. La prueba es que lo siguen liderando –cada uno por su lado– los mismos que lo lideraron en 2017: Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, aunque ahora lo hacen con el apoyo del sanchismo en el poder.
Cesiones como la amnistía, la eliminación del delito de sedición, la rebaja del delito de malversación, las fronteras, la inmigración, la hacienda catalana, la quita de la deuda y una larga lista de otras entregas a cuenta de los catorce votos de Junts y Esquerra en el Congreso, suponen la acelerada desaparición del Estado en Cataluña, con la vista puesta en la posible vuelta al poder del PP, si es que tal cosa llega a ocurrir. Eso removería de nuevo los jugos gástricos del independentismo irredento, para relanzar el procés más bélico, modelo 2017.
Nadie debería ignorar que algún día se escribirá la historia de este tiempo.