V de Viernes
Eurodependencia Tecnológica
Los excesos regulatorios y la burocratización explican el declive en materia de innovación de las naciones del viejo continente
Los países europeos siempre estuvieron a la cabeza de la innovación, pero ahora se están quedando atrás, lastrados en gran medida por los excesos regulatorios de una Comisión obsesionada por implementar la Agenda Verde e incapaz de superar el universo burocrático que ella misma ha auspiciado. De manera que tenemos hoy a un viejo continente en declive tecnológico en comparación con Estados Unidos y China, en sectores tan relevantes como la digitalización, la IA, el aeroespacial o la seguridad.
Alemania inventó la bicicleta y la imprenta. Italia, las gafas y el microscopio. El astrolabio Portugal. El submarino eléctrico, España. De estar en la vanguardia de la invención y la innovación, las naciones de la UE se están quedando atrás en avances. Solo cuatro de las cincuenta tecnológicas más grandes del mundo son europeas. USA domina en IA, la computación en la nube y los semiconductores, con los gigantes del denominado GAFAMN (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft y Ndivia). China lidera el 5G, y ya trabaja en el 6G, fundamental para conectividad, vehículos autónomos, Internet de las cosas, visualización holográfica, reconocimiento facial, big data y algoritmos de aprendizaje, con sus emergentes BATX (Baidu, Alibaba, Tencent y Xiaomi). El continente europeo alberga únicamente a dos gigantes tecnológicos: SAP y Philips, con una modesta cuota del 10 por enciento en IA. En este escenario, cabe preguntarse si puede la UE tener autonomía estratégica con solo dos HighTec. La respuesta es no. Ahora algunos plantean que desde Bruselas nos pongamos duros elevando los aranceles a las tecnológicas americanas, como respuesta a Trump, pero eso en realidad sería suicida para Europa, pues al depender de la tecnología USA, estaríamos ante un boomerang para nuestros consumidores, ya que esos altos aranceles los acabaríamos soportando nosotros mismos, en la medida en que el arancel lo paga quien adquiere el producto, y por tanto compraríamos más caros los servicios de esas tecnológicas estadounidenses sancionadas por Bruselas. Mirar a China está bien, pero sería sustituir a Estados Unidos por el gigante asiático, y no sabemos hasta qué punto es conveniente.
La realidad es que la UE debería activar un plan para actuar no sólo en materia de descarbonización de la economía, que es a lo que se ha dedicado en estos años, creando problemas de todo tipo a los más diferentes sectores. Aquí somos líderes en regulación y burocratización, lo que no ayuda a la hora de impulsar la innovación tecnológica, que requiere agilidad y una ventanilla única. ¿A cuántas ventanillas hay que llamar en España?. Quizás lo nuestro sea exagerado, pero en Europa las cosas no están mejor.
Ni en España ni en la UE se fomenta la inversión privada en I+D, con un 4%, en comparación con el 7% de EE.UU. La UE es cada vez más un mastodóntico emporio que administra gasto público, con niveles de deuda más que preocupantes, y una burocratización creciente. Eso sí, a exquisitez no nos gana nadie.