La situación
Europa de dos velocidades
«¿Por qué no se habilita un club más reducido para cuestiones de defensa, seguridad y política exterior?»
Uno de los debates más ardientes en el seno de la Unión Europea desde hace décadas es el de su modelo de crecimiento. No se puede gestionar de igual manera una UE de quince países, como era hasta 2004, que la actual de 27 miembros. La decisión de ampliar la Unión es un éxito histórico, al aunar en una misma organización a las naciones europeas que se enfrentaron en la Segunda Guerra Mundial, y también a las que se plantaron cara durante la Guerra Fría, con la excepción de Rusia y las que fueron repúblicas soviéticas.
Pero la realidad ha demostrado las dificultades que hay para alcanzar acuerdos sobre asuntos determinantes. Se ha tenido que asumir que haya una moneda común, pero que no todos los países miembros la tengan; o que se eliminen las fronteras con el acuerdo de Schengen, pero que no todos los países se hayan unido. Y hay casos llamativos como el de Suiza, que no es miembro de la UE, pero sí participa del espacio Schengen. O el del Reino Unido, que votó por el Brexit, pero ahora participa en las reuniones de los socios comunitarios cuando se analizan los aranceles o la situación en Ucrania.
Si hay tantas modalidades en materia monetaria y de fronteras, ¿por qué no se habilita un club más reducido para cuestiones de defensa, seguridad y política exterior? Sería una Europa de dos velocidades en ese ámbito tan complejo, en el que no se puede confiar en que países con gobiernos prorrusos, como Hungría o Eslovaquia, vayan a facilitar la labor.
Lo contrario es mantener en Bruselas una estructura poco eficiente, a la que le cuesta adoptar decisiones comunes y que, por tanto, ofrece una inconveniente imagen de ineptitud. Esa eficacia resulta especialmente necesaria cuando por un lado tenemos al tirano de Moscú, y por el otro al aspirante a autócrata de Washington. Y ninguno de los dos siente un especial cariño por Europa. De hecho, el objetivo de ambos es ningunear a una organización que reúne a 450 millones de habitantes, que es, aproximadamente, lo que suman Rusia y Estados Unidos.